El Nuevo Diario - page 4

Continuamos con anécdotas de la
vida política sanjuanina. Decíamos
en nuestra primera entrega que si
bien la historia oficial sólo recuerda
los hechos positivos, debemos decir
que nuestra vida institucional no se
caracterizó por la placidez. Seis
gobernadores asesinados,
revoluciones, casos risueños,
invasiones y hasta episodios muy
cruentos, han dejado material para
escribir varios libros de “la otra
historia”, la que pocas veces figura
en los libros de textos. Esta es la
segunda parte de algunos de esos
hechos.
Viernes 21 de abril de 2017
s-
e-
o-
s
a
e
e
Una recopilación de
Juan Carlos Bataller
LA HISTORIA QUE NO SIEMPRE TE
CUENTAN LOS LIBROS DE TEXTOS
4
Anécdotas
de la vida
política
sanjuanina
segunda parte
La revolución
de los muchachos
muestra que la gobernación de la provincia no es
un cargo fácil.
Ya el coronel Saá se había ido de San Juan y un
día don Valenzuela llega a las dependencias del
viejo cabildo, ubicado sobre lo que hoy es calle
General Acha, frente a la Plaza 25 de Mayo, mon-
tado en su caballo.
En el momento que iba a descender de su caba-
llo, apareció un grupo de un 40 muchachos
que
lo hizo objeto de una rechifla ensordecedora,
acompañada por ruidos de latas, mientras va-
rias piedras lanzadas con hondas daban con-
tra la humanidad de don Filomeno.
lll
Los chicos, todos menores, estaban volviendo
loco a hondazos a Valenzuela cuando aparecie-
ron los coroneles Melchor de los Ríos y Francisco
Domingo Díaz, los verdaderos promotores de la
singular
“revolución”
y tomando del brazo al atri-
bulado gobernador lo ayudaron a entrar al Ca-
bildo donde éste, temblando aun, presentó la
renuncia y se fue a su casa, abandonando defini-
tivamente la política.
Así pasó sin pena ni gloria la gobernación de don
Filomeno Valenzuela,
el gobernador que fue de-
rrocado por unos muchachos provistos de
hondas.
E
n San Juan la destitución de gobernadores
fue un hecho repetido a lo largo de la histo-
ria. Algunos fueron depuestos por revoluciones,
otros destituidos por juicios políticos y hasta va-
rios fueron asesinados.
Pero un caso curioso fue el de
don Filomeno
Valenzuela,
quién juró como gobernador inte-
rino de la provincia el 20 de febrero de 1861.
Valenzuela era un buen vecino, un hombre
común, un personaje del montón sin condicio-
nes para el mando.
lll
Su único mérito era pertenecer en un oscuro
segundo plano al Partido Federal.
El comisionado federal, coronel Juan Saá, que-
ría dar una solución política rápida a su perma-
nencia en la ciudad, luego del asesinato de
Aberastain y vio en este buen hombre, teniente
coronel de guardias nacionales, que había
acompañado a Virasoro como jefe de Policía,
una salida.
lll
Así fue como Valenzuela de pronto se encontró
con el cargo de gobernador interino.
Y pasó lo que tenía que pasar. Sólo pudo soste-
nerse ocho días en el cargo.
Pero la historia merece ser contada pues de-
1,2,3 5,6,7,8,9,10,11,12,13,14-15,...28
Powered by FlippingBook