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Viernes 2 de septiembre de 2016
FERNANDO RAHME PIDE QUE NO SE REVICTIMICE A LOS MENORES
xistencia de algún indicador relacionado
con abuso sexual. Desde el punto de
vista jurídico también la Cámara fue una
prueba manifiestamente ilegal, fue indu-
cida y tendenciosa.
—¿Que es la Cámara Gesell?
—Es una forma de declaración testimo-
nial para cierto grupo de personas, en
este caso de menores, para evitar situa-
ciones de re victimización. La entrevista
se hace en un ambiente descontracturado
y es llevada a cabo por una especialista
que debe evitar la interrogación directa y
la inducción a la respuesta para llegar al
resultado que será motivo de evaluación
por un perito.
cruzadas por hechos de violencia recípro-
cos y algunos en los que ella lo denunció
a él.
—¿Violencia física o verbal?
—Sobre todo de violencia verbal.
—Recién dijo que no hay comproba-
ción de que hubo abuso. ¿En qué se
basa para decir eso?
—Solicitamos la intervención como perito
de parte de dos psicólogas de gran re-
nombre, Silvia Pugliese y Liliana Gattoni.
Ellas intervinieron como oyentes en la Cá-
mara Gesell, analizando la entrevista que
hizo una entrevistadora de la Secretaría
Social de la Corte y concluyeron en la ine-
E
l próximo lunes el bodeguero acu-
sado de abusar a su hijo, y a otros
dos hijos de su ex pareja, cumple
ocho meses detenido. A pocos días de
cumplirse este plazo, Fernando Rahme,
el abogado defensor del empresario, soli-
citó la libertad para su defendido porque
considera que no se puede comprobar el
delito del que se lo acusa. Además,
Rahme manifestó que los chicos están
siendo más víctimas de la exposición me-
diática que del delito que la justicia inves-
tiga. En varios medios apareció publicado
nombre y apellido del denunciado, que
comparte apellido con su hijo biológico, lo
cual viola expresamente la Convención
sobre los Derechos del Niño.
La causa está en el Tercer Juzgado de
Instrucción, a cargo de Guillermo Adár-
vez, quien hasta ahora se negó a otor-
garle la excarcelación al acusado. Ahora
será la Cámara de Apelaciones la que
defina si da lugar al pedido de la defensa.
—¿Qué puede decir sobre el caso que
involucra a su defendido?
—Es preocupante que la sociedad tome
conocimiento de hechos que están abso-
lutamente indeterminados, respecto de
los cuales no existe comprobación, por el
daño que tal exposición genera en los
menores. El caso amerita un tratamiento
prudente, máxime con la indeterminación
y con la falta de acreditación que tiene
este hecho.
—Algunos medios dieron a conocer el
nombre del bodeguero. Esto preocupa
por los hijos, más allá del resultado de
la causa.
—En los procesos penales, cualquiera
fuese su naturaleza, se requiere ver qué
prueba es más relevante respecto a la
otra. Si la prueba de cargo es superior a
la de descargo hay un indicio de culpabili-
dad y si es al revés prima el principio de
inocencia. En este caso la prueba de des-
cargo supera la de cargo. Del análisis in-
tegral del expediente queda acreditado
que las presuntas víctimas no habrían
sido víctimas del delito respecto del cual
se investiga, sino más bien de una rela-
ción familiar conflictiva que terminó desdi-
bujada.
—¿De qué se lo acusa a su cliente?
—De un delito relacionado con el abuso
sexual por haber sido, según la denuncia,
autor de tocamientos respecto de algunos
menores del grupo familiar.
—¿Quién hizo la denuncia?
—La mamá de los chicos.
—¿Ella y el acusado fueron pareja?
—Exactamente, no una relación de pa-
reja, pero si una relación sentimental muy
conflictiva con multiplicidad de denuncias
—¿Esa forma de hacer la Cámara Gesell
se cumplió?
—En absoluto. Fueron 370 preguntas abso-
lutamente inducidas, directas, en una sola
sesión, con respuestas que han sido abso-
lutamente claras respecto de la falta de veri-
ficación del hecho que se investiga.
—¿370 interrogantes en una sesión es
normal, mucho o poco?
—Para un mayor, 370 preguntas, con la
presión y el desgate emocional que signi-
fica, es sobreabundante.
—¿En alguna respuesta los chicos dije-
ron que fueron abusados?
—Ninguno manifestó haber sido víctima de
abusos. Dieron respuestas imprecisas y me
animo a decir que fueron el resultado de
una situación desgastante. Terminaron res-
pondiendo lo que se quería escuchar por el
hostigamiento al que fueron sometidos.
—En los medios se dijo que el hijo más
chico contó que recibió ciertas prácticas
sexuales del padre. ¿Eso lo dijo el niño?
—La denuncia manifiesta eso, yo no tengo
certeza. Si tengo certeza de que la criatura
no tiene lenguaje verbal, tiene dos años y
medio y no tiene capacidad de desarrollar
las expresiones como manifiesta la denun-
cia. Por el lenguaje que revela, a criterio de
los científicos que convocamos como auxi-
liares de parte, tampoco existe elemento in-
dicador de la situación que se denuncia. Lo
concreto es que el resguardo de los meno-
res es mucho más necesario por la falta de
comprobación de los hechos.
—Hay cuestiones que van más allá de lo
que puede ser el abuso y puede haber
otros motivos. ¿Cuáles pueden ser esos
otros motivos?
—Creo que había entre los mayores una si-
tuación de gran conflicto familiar, cuasi pa-
tológico. Creo que cualquier juez coherente,
frente a una denuncia de estas característi-
cas, lógicamente resguarda la integridad de
los menores evitando el contacto. Ahora
eso no es equivalente que usted prive pre-
ventivamente de la libertad a una persona
cuando los hechos están claramente inde-
terminados. Hay medidas menos gravosas
que protegen el interés superior del niño.
—¿El acusado tiene hijos de otra rela-
ción?
—Tres hijos.
—¿Cómo es el contacto con ellos?
—Es fluido y hasta donde yo interpreto,
ameno.
—¿No tiene antecedentes?
—No, por el contrario.
—¿Puede haber un trasfondo econó-
mico?
—No me animo a decirlo, la motivación de
las personas cuando asumen una conducta
puede tener múltiples causas. Lo que ad-
vierto en la historia de las dos personas ma-
yores es una situación bastante conflictiva
desde lo sentimental. Sería muy triste una
exposición de criaturas por pretensiones
económicas, hay otras formas de lograr ob-
jetivos económicos a menor costo.
Habló el abogado del
bodeguero acusado de abuso
El empresario cumple ocho meses detenido. La defensa
alega que no hay pruebas suficientes para comprobar el
delito del que se lo acusa y pide su libertad. La Cámara
de Apelaciones deberá resolver el pedido.
Fernando Rahme,
abogado defensor del
empresario,