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Viernes 16 de septiembre de 2016
los diferimientos y era más fácil ven-
der así las propiedades y no en gran-
des extensiones. Eran más atractivos
para quienes querían invertir en diferi-
mientos, entre ellos hubo uno que se
vendió y se escrituró, una empresa de
Buenos Aires — La Federala, confor-
mada por dos empresas dedicadas a
temas de investigación personal—,
compró eso para diferimientos.
Cuando a Salvia lo buscan para escri-
turar, se encuentra con la novedad de
que el plano tenía problemas.
—¿Ahí entra usted en acción?
—Exacto. Ahí me busca Salvia por re-
comendación de un amigo en común,
Raúl Díaz. Hice el trámite en Catastro
y terminamos en una reunión con el
ingeniero Blanco, quien nos dijo que
era muy difícil levantar la suspensión y
nos aconsejaba hacer un nuevo plano.
Ahí es que se contrata al ingeniero
Ugrín, hace el nuevo plano, lo
aprueba el organismo técnico. De eso
una gran parte queda a nombre de
“Minitas, Totoras y Hornitos” el terreno que Petrolera Mar del Plata compró y luego vendió en partes, en Calingasta.
ciales, ese inmueble nunca estuvo
embargado. Hubo una medida caute-
lar de no innovar decretada por el juez
Araoz Lamadrid, pero es mentira lo
que dicen en algunos medios sobre el
embargo. Cuando el abogado de la
empresa, del estudio Trovatto – hijo
del famoso juez de la época de
Menem—, advierte que había cadu-
cado la cautelar y que no había una
nueva cautelar, aparece Ernesto Sal-
via y dos muchachos más del directo-
rio de la petrolera y lo contactan al
escribano Fagale para hacer la opera-
ción de venta. Él hace la constatación
en el Registro de la Propiedad y todo
estaba bien, entonces se hizo la trans-
ferencia de los dos inmuebles a dos
empresas, PMdP y Pampa de Ansilta
S. A. Cuando pasaron seis meses,
aparece un oficio del juez Araoz La-
madrid pidiendo la reinscripción y es
rechazado en el Registro porque ya
había sido enajenado, entonces ahí
es cuando el juez inicia una causa dis-
tinta a la causa madre, que era por la-
Petrolera Mal del Plata y el resto, de
Energía del Sur.
—¿Por qué usted y Fagale terminan
procesados?
—Por la venta del inmueble. En la
causa madre de lavado en la que inter-
venía el juez Araoz Lamadrid en Bue-
nos Aires, contra “Salvia, Ernesto y
otros”, se dictó una medida de no inno-
var y se anotó en el Registro de la Pro-
piedad. Nosotros no podíamos hacer
nada, lo único que pudo hacer Salvia
padre en aquel entonces fue hacer
aprobar el nuevo plano de mensura
respetando los límites linderos.
—¿Cuando lo buscan para ser el
apoderado de la empresa en San
Juan, sabía del embargo que pesaba
sobre ese inmueble y que estaba
bajo investigación por lavado de di-
nero del Cártel de Juárez?
—A mí me contrata Ángel Salvia para
solucionar el problema de Catastro,
pero si se busca en los archivos judi-
vado de dinero, y nos involucra.
—Ahora que esto tomó estado pú-
blico, ¿continuará siendo el apode-
rado de la empresa?
—Nunca me revocaron el mandato,
pero tampoco me volvieron a requerir
servicios.
—¿Cuál es la situación judicial de
ustedes hoy?
—Estamos sobreseídos total y definiti-
vamente porque la Cámara entendió
que todo se había hecho ajustado a
Derecho. Tampoco nosotros conocía-
mos los orígenes de esos inmuebles.
—¿Qué pasó con Ángel Salvia?
—Lo mataron en Mar del Plata en una
madrugada. Él volvía de una reunión
con su novia y en la puerta de la casa
de ella le dispararon cinco tiros en el
parabrisas del auto. Después se supo
que era un policía retirado de la bona-
erense, que resultó ser el exesposo de
la novia de Salvia.