La cena de los jueves
Cartas
perdedoras
L
o miraba a Miguel y lo veía triste.
“Será la edad que nos vuelve más sensible”,
pensé.
Hay veces en las que un periodista que transita los cin‑
cuenta, comienza a advertir un tufillo melancólico en lo que es‑
cribe.
Una fuerza interior te atrae hacia los laberintos del alma.
Y adviertes que
la melancolía es parte de una generación.
Una generación depositaria directa de un tiempo de tránsitos.
El nuestro.
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