La cena de los jueves
La historia
de Pucho
S
iempre le dijeron Pucho.
Fue rebautizado con ese nombre a los 10, cuando descu‑
brió el cigarrillo.
Recuerdo que su madre, Isabel, decía cuando desde la ventana
lo veía en el jardín, con el pucho en la boca:
–Si parece un Ekeko.
El Ekeko es un muñeco de terracota que generalmente tiene al‑
rededor de 20 centímetros de altura. Representa a un hombre
con las típicas vestiduras de la región andina. De su cuerpo
53