El
indiscutido
número
2
Uno, Federico, era la acción, la fuerza imparable,
el líder unánimemente reconocido. El otro, Aldo,
dicen, el contenido ideológico, el indiscutido nú-
mero 2, el más influyente y leal socio político del
líder. Lo cierto es que los hermanos Federico y
Aldo Cantoni marcaron una época política en
San Juan.
Viernes 29 de julio de 2016
ALDO CANTONI
A
ldo Cantoni nació en la ciu-
dad de San Juan el 18 de
septiembre de 1892. Tras cur-
sar sus estudios iniciales en
San Juan, se radicó en Buenos Aires
donde estudió en la Facultad de Medi-
cina (Universidad de Buenos Aires)
donde se recibió en 1913, doctorándose
en 1915. Su especialidad fue la oftalmo-
logía.
En 1916, de la mano de Juan B. Justo,
ingresó al Partido Socialista. Participó,
sin suerte en contiendas electorales en
San Juan.
En los años 1917 y 1918, su pasión por
el deporte lo llevó a desempeñarse
como presidente del Club Huracán,
donde tuvo una destacada actuación.
En 1920 aceptó la presidencia de la Aso-
ciación del Fútbol Argentino, coinci-
diendo con la celebración del
Campeonato Sudamericano de Fútbol.
En 1921 fue reelecto presidente de la
A.F.A.
Y es en este punto donde cambia la vida
de Aldo.
Porque en noviembre de ese mismo
año, llega la noticia desde San Juan.
Fe-
derico Cantoni está acusado de ser el
ideólogo del asesinato del goberna-
dor Amable Jones y está en la cár-
cel, lo mismo que su padre,
Ángel.
Aldo deja todo en Buenos
Aires y se pone al frente
de las huestes cantonis-
tas.
Junto a su hermano Fede-
rico funda la Unión Cívica Radi-
cal Bloquista, partido que triunfaría en
las elecciones de 1923. Federico es
electo gobernador y Aldo senador por la
provincia de San Juan y el 14 de sep-
tiembre de ese mismo año fue electo se-
nador nacional por la Legislatura de San
Juan.
En 1926 fue elegido gobernador de San
Juan. Su gobierno fue innovador, reali-
zando numerosas obras públicas de en-
vergadura, entre ellas el estadio abierto
del Parque de Mayo –un gran emprendi-
miento para su época- (que hoy lleva su
nombre) y el camino de cornisa de 130
km que une la capital de la provincia con
la localidad cordillerana de Calingasta.
La Constitución
del 27
Si bien las obras públicas fueron im-
portantes durante el gobierno de
Aldo Cantoni, no hay dudas que la
reforma de la Constitución provincial
en 1927 marcó una legislación de
gran avanzada nacional.
Como que se incorporan por pri-
mera vez en el país derechos so-
ciales propios de un estado
benefactor, tales como la limita-
ción de la jornada de trabajo, sa-
lario mínimo, seguro por vejez,
enfermedad y niñez, fomento de
la construcción de viviendas hi-
giénicas para los trabajadores, regla-
mentación de los sindicatos y la inem-
bargabilidad del hogar de familia.
Asimismo, la reforma estableció el sufra-
gio universal en los municipios, la simul-
taneidad en las elecciones de
gobernador y diputados; el mandato de
cuatro años para los funcionarios electos
y el sistema unicameral.
Entre sus leyes más destacadas está la
del sufragio femenino. En San Juan vota
por primera vez la mujer, 25 años antes
de que lo hiciera en el resto del país.
La ley 205, que convocaba a la reforma
de la Constitución Provincial, contempló
la elección de quince convencionales
elegibles en el mismo día y acto que se
renovaba la legislatura. A los efectos la
provincia se consideró como distrito
único y el sistema electoral que deter-
minó fue el proporcional.
La elección para los convencionales se
hizo efectiva el día 9 de enero de 1927.
Ganó el bloquismo y se adjudicó doce
bancas de la Convención Reformadora
sobre un total de quince. Las tres ban-
cas restantes correspondieron dos al
Partido Socialista y una para el Demó-
crata Progresista.
Los convencionales electos por el blo-
quismo fueron: Federico Cantoni, Carlos
Porto, Belisario Albarracín, Videla Rojas,
Aldo Pechini, Elio Cantoni, Graciano
Reca, Vicente Catani, Juan Estrella, Wil-
fredo Kenny, Francisco García y Hernan
Días. Por el Partido Socialista los con-
vencionales elegidos fueron Arturo Sto-
rani y Félix Bolaños y por el partido
Demócrata Progresista, Ventura Larrosa.
Naturalmente, la Constitución fue motivo
de grandes debates en la política local.
En el mensaje que Aldo Cantoni elevó
declarando la necesidad de la reforma
constitucional, argumentó que la Consti-
tución de 1912 no estaba a la altura de
las conquistas del Derecho Político de la
época ni tampoco de las exigencias so-
ciales. Los casos ejemplares que ex-
puso fueron la exclusión de la mujer en
el ejercicio del sufragio y la ausencia de
las garantías sociales para los más po-
bres
También se refirió al voto calificado de
los municipios, al considerar negador del
principio republicano de que el municipio
debía ser escuela de democracia. Pro-
ponía también el principio de la libertad
de cultos y que la fórmula de juramento
quedara librada a la conciencia del legis-
lador.
En lo referente al Poder Legislativo pro-
puso el reemplazo del bicameralismo
por el unicameralismo a manera de agili-
zar y evitar demoras en el proceso legis-
lativo; la extensión del mandato de los
funcionarios de tres a cuatro años y eli-
minaba la renovación anual de los dipu-
tados. Asimismo propuso la ampliación
del número de los ministerios, auspi-
ciando la creación del departamento de
Industria, Obras Públicas y Trabajo.
La Convención inició sus sesiones el 24
de enero de 1927 y el presidente fue
4
Una nota de
Juan Carlos Bataller