Carlos González Meyniel es médico pediatra, fue
director del Centro de Adiestramiento Rawson,
más conocido como “la rotonda”. Entre sus hijos
están Ernesto González Iaiza, que ha sido gerente
del Hotel Provincial, de América Mayorista y de
EMICAR; y Enzo González Iaiza, médico cardiólogo
que hasta el año 2015 condujo el Hospital Marcial
Quiroga.
La hazaña de estudiar
fuera de la provincia
Carlos Ernesto González Meyniel nació
un 20 de junio, hijo de Ernesto Fermín
González y de Rosa Magdalena Mey-
niel y con una sola hermana, Dora
Olga. Después de terminar la primaria
en la Escuela Leandro N. Alem, Carlos
ingresó al Colegio Nacional Monseñor
Pablo Cabrera. A la par de la secunda-
ria, cursaba en la noche en la Escuela
Obreros del Porvenir para recibirse
como Contador Mercantil. Entre su
casa y los establecimientos caminaba
y, en medio de esa esforzada tarea,
tenía claro su objetivo: Quería estudiar
medicina, lo cual suponía irse a Cór-
doba. La distancia era algo complicado,
pero sobre todo lo difícil era tener los
recursos económicos para hacerlo. La
familia de Ernesto y Rosa era trabaja-
dora y no veían algo sencillo enviar a
su hijo a estudiar a otra provincia.
Anticipándose a ese panorama, Carlos
terminó el secundario y se puso a tra-
bajar para reunir dinero e irse. Durante
un año fue empleado de contaduría de
la Bodega Santiago Graffigna y des-
pués entró al archivo del Registro Civil,
donde trabajó otro medio año. Así, con
lo ahorrado en esos meses, partió e in-
gresó en la Universidad Nacional de
Córdoba.
El tiempo que duró el cursado fue de
gran sacrificio. Mientras estaba en se-
gundo año, su madre aprovechó una
visita que hizo a San Juan el entonces
secretario general de Trabajo de la Na-
ción para pedirle una ayuda económica
para su hijo que estaba estudiando en
Córdoba. Afortunadamente tres meses
después Carlos recibió una beca que le
ronista, y las revolucionarias políticas
sociales y laborales implementadas por
Juan Domingo Perón hicieron que la fi-
gura del líder lo deslumbrara.
La vecina,
hija de italianos
El tiempo en la universidad fue crucial
para Carlos. Aparte de definir su orien-
tación como médico, también su mili-
tancia política, conoció a Irma Amalia
Iaiza, una vecina que vivía justo en-
frente al lugar donde él residía. Irma
era hija de dos inmigrantes italianos.
Su padre era Victorio Iaiza, nació en
Viernes 21 de octubre de 2016
duró un año y que le permitió seguir
con la carrera.
Además, su actividad no se limitaba al
horario de clases. Fue ayudante de la
cátedra de Fisiología y en el Hospital
de Niños, donde comenzó a vislumbrar
su inclinación por la pediatría. Para ir al
nosocomio viajaba en tranvía en las
mañanas, terminaba a las 14 y regre-
saba a su casa caminando para seguir
con el estudio. Aparte, estando en el
tercer año, decidió incorporarse a la
CGU (Confederación General Universi-
taria), de raíces justicialistas. La ayuda
económica que recibió del gobierno pe-
Udine y a los veinte años decidió cono-
cer “otros mundos”. Así que con su her-
mano Pío vivieron un año en Suiza,
luego llegaron a Argentina y se instala-
ron en Córdoba. Allí conoció a la madre
de la joven, Natalina María, nacida en
Venecia. Aparte de Irma el matrimonio
tuvo otros dos hijos, Laura Luisa y
Bruno Daniel. Victorio era técnico cons-
tructor y tuvo amistad con Benito Rog-
gio, con quien trabajó en numerosos
emprendimientos tanto en Córdoba
como en otras provincias.
La pasión por
la pediatría y Perón
Cuando Carlos se recibió le ofrecieron
trabajo en Colombia y en Comodoro Ri-
vadavia. En el sur del país le prometie-
ron una designación, así que se inclinó
por esa opción. Sin embargo, debido a
duras medidas de fuerza que llevaron
adelante los petroleros, lo cual impli-
caba el corte de los caminos, al joven
nunca lo notificaron del nombramiento
y no llegó a efectivizarse. Mientras
tanto, trabajó en Carlos Paz y en la ca-
pital de Córdoba. El destino tenía pre-
parado algo diferente a lo que él
pensaba.
En un viaje que hizo a San Juan su
madre le dijo que visitara al entonces
gobernador, Américo García, que fue
médico de su padre, que falleció mien-
tras Carlos estaba en el cuarto año de
la universidad. El joven terminó entre-
vistándose con el médico Martínez Co-
lombres, que en ese momento estaba
trabajando en el inicio del departa-
mento materno infantil, dependiente de
salud pública. Logró que le ofrecieran
dos cargos, uno en Ullum y otro en
Media Agua. Así que regresó a San
familias
sanjuaninas
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LOS GONZÁLEZ IAIZA
Ernesto Fermín Gon-
zález, padre de Carlos
González Meyniel.
El casamiento de los inmigrantes
italianos. Natalina María, oriunda de
Venecia; y Victorio Iaiza, nacido en
Udine, padres de Irma Iaiza.
Una nota de
Noelia Escales
para Fundación
Bataller
La familia que
gestionó importantes
instituciones
de la provincia