El Nuevo Diario - page 8

Viernes 6 de mayo de 2016
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
Un mago por allá...
En verdad, como sociedad, las
más de las veces nos comporta-
mos con un primitivismo que asusta.
Así lo creo, así lo vivo.
En verdad, creo no equivocarme
si digo que vivimos en una socie-
dad que, en ciertos aspectos, no
solo espera sino que visualiza como
posible
las soluciones mágicas.
En verdad, resulta evidente que
nos damos el lujo de construir
discursos a partir de premisas en las
que, claro está, no creemos, no ava-
lamos.
Eso pasa concretamente res-
pecto a la Justicia en relación
con la Política, y con la Política en
relación con la Justicia.
La verdad es que, objetiva-
mente, son pocos, por no decir
casi nadie, los que confían en la
Justicia, menos aún en la de Como-
doro Py, situación que, no hay duda
alguna, no es culpa de la gente, sino
del mensaje emitido por aquella
desde hace mas de una década y
que continúa al presente.
La verdad es que hoy de golpe,
casi mágicamente, se pretende
que Comodoro Py se constituya en
el espíritu de la Justicia, ello no será
posible, claro está, por no ser cierto
ni creíble, por no haberlo sido en
las últimas décadas.
La verdad es que, hoy, se pre-
tende que no se judicialice la
Política, como si ello fuese solo
una cuestión de voluntarismo y no
de cultura cívica, como si la reali-
dad pudiese mutarse por el simple
hecho de no querer verla.
La verdad es que, hoy, se pre-
tende que no se politice la Jus-
ticia, como si fuera posible que ello
suceda como por “arte de magia”,
como si solo fuese cuestión de ta-
parse los ojos.
La verdad es que sin cambiar
el sistema de designación, re-
moción, control, de los miembros
de la Justicia, sin variar los modos
de relacionarse entre miembros de
distintos Poderes del Estado, se
pretende que la realidad cambie
mágicamente; ello, claro está, no
sucede ni sucederá, pues haciendo
lo mismo se obtiene, por lo gene-
ral, el mismo resultado.
La magistratura de Comodoro
Py, el Ministerio Público Fiscal
(el de “allá”), no cambiará de un día
para otro, no será confiable porque
se nos ocurra que ello es así, sino
porque en verdad cambie el rumbo,
pero lo cambie en serio, en los he-
chos y por un tiempo prolongado.
La Política, los políticos, no
pueden, en serio, pretender
estar ante una Justicia indepen-
diente, cuando por mucho tiempo
se han encargado de condicionarla
y/o desprestigiarla, la Justicia no
puede pretender ser creíble
cuando hasta ayer, por ejemplo, su
imagen era Oyarbide, cuando la
gente supone que el resultado de-
pende de la relación de poder
entre las partes.
La magia en cuestiones institu-
cionales no existe, lamentable
(nos haría falta), pero no existe;
mejor probemos instalando una
cultura diferente.
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8
COLUMNISTAS
algo de alguien
Buen presagio
H
ablando de magia, si hay
algo que es mágico, es el
arco iris. Es algo incuestio-
nable; nadie se atreve a pensar
que es algo que tenga que ver con
nosotros, viles mortales.
Es algo inefable, no hay palabras
que lo puedan abarcar con justicia.
Tanto que cuando nos explican,
con razones de física, que es un fe-
nómeno tal y cual, nos resistimos a
creer que simplemente tiene una
explicación racional y listo. No, no
puede ser algo común como si tal
cosa. Es algo fuera de lo común.
Es algo que aparece cuando
quiere, sin permiso de nadie. Unas
veces por aquí y otras por allá. Al-
guna vez doble pero casi siempre
simple. Tampoco tiene principio ni
final definido. Es libre, inasible, es
transparente y refulgente. No solo
tiene los siete colores, como nos
dijeron cuando éramos niños, sino
que tiene infinitos. Tan extraordina-
rio es que, desde siempre, se lo re-
lacionó con infinidad de cosas e
historias. Desde que lo hizo Dios
para recordar el desastre que hubo
con el diluvio, hasta decir que
donde nace (o muere) hay ánforas
con monedas de oro. Entre estos
dos ejemplos hay muchos dichos,
interpretaciones y relaciones. Algu-
nos dicen que es la mejor expre-
sión del amor; otros, que simboliza
la paz. Es un símbolo múltiple, en
especial de lo bueno. En él se ins-
piraron para la bandera del orgullo
gay, que es parienta de la de los
pueblos originarios. Cuando está
expresada con el arco hacia arriba,
dicen que simboliza la paz.
Me quedo con la versión que dice
que es donde nacen los sueños,
que es lugar donde la realidad de-
saparece y la irrealidad se torna vi-
sible. Realmente la que más me
gusta es la que cuenta que un día
les otorgó sus colores a las aves
que, hasta entonces, eran marro-
nes porque fueron creadas con el
barro de la vida. A partir de ahí, les
puso alegría a sus alas, colas, co-
petes y picos para que nos inunda-
ran con su belleza.
Dicen que todos los días hay que
salir a conquistar el arco iris...a
conseguir lo máximo.
s
Vicepresidente Primero del
Consejo Federal de Política Cri-
minal de los Ministerios Públi-
cos de la República Argentina
Escribe
Gustavo Ruckschloss
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