Foto de 1915. El casamiento
de José Leónidas Escudero y
Margarita Mugnos.
U
na maestra y mujer atípica a su
época, esa fue Margarita Mugnos
de Escudero, que llegó desde Ar-
gelia a principios del siglo XX. Ella se
casó con José Leonidas Escudero, que
era telegrafista el ferrocarril y supo amol-
darse a las inusuales inquietudes de
Margarita. De ese matrimonio nació el
reconocido Jorge Leonidas Escudero,
quien en la búsqueda de la llamada “pa-
labra única” creó una nueva forma de
escribir poesía. Aparte de él, también se
dedicaron a la escritura su madre, su
hermana Margarita, sus primos herma-
nos Carlos Guido Escudero, que falleció
siendo muy joven, y Manuel Trías Mug-
nos.
Desde Sidi Bel Abbés
Margarita nació en 1896 y llegó a San
Juan teniendo apenas dos años. Su
madre era Matilde Gálvez y su padre
Francisco Mugnos, ambos oriundos de
España. En su juventud él estuvo en la
Legión Extranjera, peleó en el Tonkín (In-
dochina) y el relato familiar dice que se
salvó milagrosamente de morir. Como lo
hicieron otros españoles en esa época,
que migraban temporalmente o se radi-
caban en el norte de África, Matilde y
Francisco se fueron a Argelia y se insta-
laron en la ciudad de Sidi Bel Abbés.
Allá se conocieron, se casaron y,
aparte de Margarita, que fue la penúl-
tima, tuvieron otros tres hijos: Teo-
doro, Elisa y Carmen
.
A la provincia los Mugnos Gálvez llega-
ron porque eran parientes de la familia
Cremades, que ya vivía en San Juan y
era propietaria de la Farmacia Crema-
des. Se instalaron en calle Santa Fe
cerca de Avenida Alem, ahí Francisco
abrió un almacén y luego compró una
finca en Médano de Oro. Las dificultades
en Argelia y lo que vivieron como inmi-
grantes marcó a padres e hijos, incluso a
las siguientes generaciones. Margarita
por ejemplo siempre fue estricta con el
uso de la luz, enseñó a sus hijos a apro-
vechar hasta el último rayo de luz del día
para leer libros. Su hijo Jorge Leonidas
madre trabajaba gran parte del día, tenía
un carácter pujante y por sobre todo
tenía como prioridad su trabajo como do-
cente. Fue maestra y vicedirectora de la
Escuela San Martín, colaboró con Hora-
cio Videla en la escritura de la Historia
de San Juan y escribió dos libros “Entre
pedregales” y “La maestrita de los yar-
cos”. La última fue una novela que re-
sultó de su experiencia en los días que
pasó junto a su marido y sus hijos en el
viejo pueblo jachallero de Tucunuco. Allí
José Leonidas trabajó en la oficina de
correo. “Los yarcos” en ese entonces no
tenía el mismo significado que hoy, sino
Viernes 29 de julio de 2016
“Chiquito” Escudero también fue un gran
custodio de las luces.
La maestra y el telegrafista
Margarita, que siempre se caracterizó
por su rectitud, se recibió de maestra
con medalla de oro de la Escuela Nor-
mal Sarmiento y desde muy joven se de-
dicó por completo a la noble tarea de
educar al soberano. En sus viajes diarios
hacia la escuela pasaba en auto por
calle España, mientras desde la estación
de tren un joven no dejaba de admirarla.
Era José Leonidas Escudero, telegrafista
del ferrocarril y hermano de Noe Escu-
dero, que era el jefe de la Estación San
Martín. Ambos estaban solos en la pro-
vincia y aparentemente ambos eran
oriundos de San Luis, aunque el hijo de
José, Jorge Leonidas, escribió un poema
dedicado a su bisabuelo que lo ubicaba
entre los llanos de La Rioja.
Leonidas y Margarita se casaron en
1915
y
tuvieron cuatro hijos: Lidia
“Lili”, María Margarita “Chiquita”,
Nelly “Morochita” y el benjamín,
Jorge Leónidas.
Los hermanos Escudero Mugnos crecie-
ron viendo algo insólito para la época, su
que más bien se refería a aquellos que
tienen menos oportunidades, que no
siempre serían los elegidos para ense-
ñar.
Por su parte José Leonidas, que tenía
un perfil mucho más bajo, después de
ser telegrafista del ferrocarril entró al co-
rreo y allí terminó sus días de trabajo. Él
era quien se ocupaba de las cosas de la
casa. Hasta entrar en edad avanzada
hacía las compras, cocinaba en la
“Coco”, una olla a la que le habían dado
ese nombre, y hasta cosía, él fue quien
les transmitió ese conocimiento a sus
nietas. A sus tareas hogareñas las alter-
naba con el canto de ópera, algo que
aprendió en sus años de internado en
Mendoza siendo chico.
Las hermanas Escudero
Luego de casarse, Margarita y Leonidas
alquilaron en el barrio de la Chilquilla, en
calle Laprida y Caseros. Tiempo des-
pués tuvieron su propia casa en calle 9
de Julio, entre Avenida Rioja y Tucumán,
donde crecieron sus cuatro hijos. El te-
rremoto de 1944 destruyó parte de la vi-
vienda y tuvieron que volver a
construirla.
La hermana más grande
Lili Escudero
se casó con el médico Carlos Bianchi y
tuvieron cinco hijos:
Carlos
, médico psi-
quiatra, fallecido;
Eduardo
, médico oto-
rrinolaringólogo, fallecido;
Rodolfo
, que
estudio cine y se radicó en España y
Juan,
ingeniero agrónomo.
familias
sanjuaninas
22
LOS ESCUDERO
MUGNOS
Jorge Leónidas Escudero con sus primos en Barreal. La foto es de la década del 40.
Una nota de
Noelia Escales
para Fundación
Bataller
A puro
puño y letra