¿Pero realmente quieres saber
cuánto sabe Google de ti?
¿Cómo es todo esto posible?
Un gigante imparable
Qué hacer
Viernes 29 de julio de 2016
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GOOGLE SABE DE TÍ
Larry Page y Sergey Brin, fundadores de Google, en septiembre de 2003
S
í, hay más. En efecto, puedes
pedirle a Google que te dé una
copia de toda la información que
guarda de ti.
Vuelve a "mi cuenta" (recuerda: es-
quina superior derecha, el círculo con
tu inicial). Justo debajo de "configura-
ción de anuncios" está "controla tu
contenido". Elige esa opción. Encon-
trarás una pantalla como ésta:
"Crear archivo"
te llevará a una ven-
tana con la opción de decidir de cuá-
les servicios te quieres enterar. En mi
caso, los pedí todos.
Aunque Google advierte que recopilar
los datos puede tomar incluso días,
en un par de horas había recibido mis
archivos -tres en total- en mi correo
Gmail.
Bajarlos tomó otro par de horas. Y
abrir algunos de ellos fue un poco
complicado: algunos vienen en forma-
tos que no son comunes para los sim-
ples mortales acostumbrados a la
edición de texto y fotos, como .json o
.mbox.
Mis 5 gb son relativamente poco. Y
como se puede ver, a falta de usarlas,
en varias categorías no hay datos.
Por ejemplo, además de "ubicación",
resulta que tengo en "pausa" las fun-
ciones de "información de los disposi-
tivos" y la "actividad de voz y audio".
Pero mis correos -a los que llegué
después de encontrar un programa
que abriera .mbox- los tiene todos.
Léase, incluyendo Spam y Borrados
("Trash"). Puedes darte una idea por
la siguiente captura de pantalla.
No es posible acceder a una lista de
"palabras más usadas" en mis co-
rreos, pero Google reconoce que hay
un proceso "totalmente automatizado"
de monitoreo de los mensajes.
"Por ejemplo, si has recibido reciente-
mente muchos mensajes sobre foto-
grafía o cámaras, es posible que te
interese una oferta de una tienda de
cámaras local. Por otro lado, si has re-
portado esos mensajes como correo
chatarra, probablemente no estás in-
teresado en la oferta. Este tipo de pro-
cesamiento automatizado es el
método que muchos proveedores de
correo usan para ofrecer cosas como
filtros de correo chatarra y corrector
de errores", dice en una de sus pági-
nas de ayuda.
Y, quizás aun más asombroso, tam-
bién tiene las fotos. Todas y cada una
de las que he tomado con mi teléfono,
desde hace más de dos años. Borra-
das o no. Compartidas o no.
L
a respuesta corta es porque todo
tiene un precio. No pagas tu correo
ni tu servicio de videos en dinero
contante y sonante, sino en datos.
Como dice Lee Munson, investigador de
seguridad de Comparitech,
"la informa-
ción es la nueva moneda de cambio".
"Es una mina de oro. Para Google ha
representado miles de millones de dó-
lares",
lo respalda Jonathan Sander, vi-
cepresidente de Estrategia de Producto
de Lieberman Software.
Y eso es Google, que consistente con su
interés declarado de actuar con transpa-
rencia, permite que veas -si bien por un
método un poco engorroso- lo que sabe
de ti. ¿Pero qué hay de Facebook u
otras páginas, grandes o pequeñas, que
te piden un correo, una dirección, un tar-
jeta de crédito?
"Si quieres saber quién
te está haciendo seguimiento, usa
esta regla: si el servicio es gratis, tus
datos son el producto",
le dice Sander
a BBC Mundo.
"Todo el mundo lo hace, desde los
servicios de seguridad (de los gobier-
nos, supuestamente) hasta el humilde
blog que sólo tú y un par de personas
más leen",
apunta Munson.
¿Es legal esto? Desde que dices que
estás "de acuerdo" con esos Términos y
Condiciones que no lees, simplemente
te estás entregando. Lo cual no quiere
decir que no hay quién lo dispute.
"La legalidad e interpretación de la
ley depende de las regulaciones y li-
neamientos locales",
le dice a BBC
Mundo Mark James, experto en seguri-
dad de la firma ESET.
"Google y Europa se han enfrentado con
frecuencia en temas como privacidad,
monopolio, derecho a ser olvidado, reco-
lección de datos, etc. En algunos casos
la compañía ha sido multada, pero ma-
yormente se ha determinado que opera
dentro del marco legal".
S
egún Wikipedia, Google es una
compañía, principal subsidiaria de
la multinacional estadounidense
Alphabet Inc., especializada en produc-
tos y servicios relacionados con Inter-
net, software, dispositivos electrónicos
y otras tecnologías. El principal pro-
ducto de Google es el motor de bús-
queda de contenido en Internet del
mismo nombre aunque ofrece también
otros productos y servicios como el co-
rreo electrónico llamado Gmail, sus
servicios de mapas Google Maps y
Google Earth, el sitio web de videos
YouTube y otras utilidades web como
Google Libros o Google Noticias, Goo-
gle Chrome y la red social Google+.
Por otra parte, lidera el desarrollo del
sistema operativo basado en Linux, An-
droid, orientado a teléfonos inteligen-
tes, tabletas, televisores y automóviles
y en gafas de realidad aumentada, las
Google Glass.
Con más de un millón de servidores y
centros de datos presentes en todo el
mundo, Google es capaz de procesar
más de 1.000 millones de peticiones
de búsqueda diarias y su motor de
búsqueda es el sitio web más visitado
a nivel mundial.
La empresa es y ha sido criticada por
colaborar con determinados países en
la censura de Internet con el afán de
expandirse comercialmente en ellos y
por la infracción reiterada de derechos
de autor. También es objeto de críticas
por presunta ingeniería fiscal en dife-
rentes países, y por ser una de las
empresas que colaboran con las
agencias de inteligencia en la red de
vigilancia mundial, sacada a la luz en
2013.
¿Estamos a su merced entonces? Los expertos que consultamos coinciden en
que hay muy poco que pueda hacerse.
"Uno tiene que hacer un esfuerzo consciente y concertado para evitar ser
seguido. Por ejemplo, no usando Google o haciendo diferentes actividades
en máquinas distintas, o con cuentas diferentes",
dice James.
"Considera la posibilidad de apagar la ubicación, de usar cuentas de correo
que en realidad no utilizas para entrar a sitios de compras, de utilizar fe-
chas de nacimiento ligeramente incorrectas donde sea legalmente posible
y nunca, nunca, nunca, le digas a Facebook, Twitter u otra red social qué
comiste en el desayuno, y mucho menos tus detalles personales y los prin-
cipales eventos de tu vida",
aconseja Munson.