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La casona de la avenida Garay 2882, casi esquina Chiclana, donde estuvo
Macri secuestrado.
Viernes 29 de julio de 2016
vidriera
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EL SECUESTRO DE MACRI
LO QUE DIJO MAURICIO
“Fue una
pesadilla que
duró 14 días”
Aunque Mauricio Macri no se lo dijo al juez ni lo
admitió públicamente, en la causa judicial consta
que sus secuestradores lo sometieron a torturas
psicológicas y que, incluso, lo interrogaron.
E
sto dijo el año pasado Mauricio Macri
en El diario de Mariana, el programa de
Canal 13.
“Me metieron dentro de un ataúd”.
“Fue una banda de excomisarios que es-
taban organizados, fui como el séptimo u
octavo secuestro que hicieron”.
“Hay momentos horribles que te quedan
marcados: cuando te agarran porque no
estás preparado, te sorprenden porque te
pegan, te conmocionan”.
“Fue una pesadilla, duró 14 días, en una
cosa de un metro por un metro, encade-
nado al piso, en una caja de madera grande,
con una cama adentro”.
“Empecé a forcejear con ellos y uno me
empezó a ahorcar, casi me mata”
“Me sacaron la ropa y la tiraron por la ven-
tana. Y me metieron en un féretro que es-
taba en el baúl”.
“Cuando estaba encerrado me decía, ´no
me tengo que volver loco´. Me dejaron un
montón de pastillas para dormir y no tomé
ninguna. Dormí bastante cuando estaba en-
cerrado, pero lo más loco es que cuando salí
tardé más de un año en volver a dormir cinco
horas”.
“Otro momento jodido es cuando vas a
salir, estaba encerrado hace 14 días en
esa caja. El día que el tipo me dice que me
iba, es el momento que pensás que si te van
a matar, el momento es ahora”.
“Nunca vi a los secuestradores. Con uno
hablé mucho, hablábamos de lo que ha-
blan los hombres, de futbol y de mujeres. Le
dije que era fanático de Boca y me dijo que el
también. Es como en las películas, hay uno
malo y uno bueno”.
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Cómo se pagó el rescate
G
ustavo Carabajal explica en
una nota publicada en la
revista Contexto de Tucu-
mán, cómo se pagó el rescate,
Esta es la nota;
Roberto Osvaldo Pascual, el chofer
de Mauricio Macri, y Nicolás Martín
Caputo, uno de los mejores amigos
del empresario, fueron los encar-
gados de llevar los 6.000.000 de
dólares del rescate, el 3 de sep-
tiembre de 1991.
“El 2 de septiembre, a las 21, el
señor Francisco Macri me comu-
nicó que había llegado el momento
y que lo esperara al día siguiente,
a las 9, en la esquina de Tucumán
y Carlos Pellegrini, frente al Teatro
Colón. Allí debía encontrarme con
Nicolás Caputo quien estaría a
bordo de un Peugeot 505 gris al-
quilado”, relató Pascual al juez
Nerio Bonifati.
Según Pascual, dentro del automó-
vil había tres teléfonos Movicom,
unos sobres con papeles autoad-
hesivos, cospeles telefónicos, una
guía Filcar, veinte millones de aus-
trales, medio billete de diez dólares
con la firma del señor Mauricio y un
papel con la contraseña para dejar
el auto, entre otras cosas.
Desde allí, Pascual y Caputo co-
menzaron con un derrotero de casi
nueve horas que los obligó a tomar
por la avenida Rivadavia, hacia la
General Paz; luego, por la Panameri-
cana, pasaron por el Golf Club de
Boulogne; por Tigre, Del Viso, Barrio
Parque Leloir, González Catán y
Lomas de Zamora y terminó en la
isla Maciel, frente al muelle de donde
parten los botes que cruzan el Ria-
chuelo hacia la Capital Federal.
En el trayecto, “los pagadores”, tal
como llamaban los secuestradores a
los encargados de llevarles el dinero,
recogieron indicaciones sobre lo que
debían hacer y la ruta por seguir en
quince postas que los delincuentes
pusieron en el camino.
Todo terminó cuando Pascual y Ca-
puto dejaron el Peugeot 505 con el
dinero en el baúl y las llaves pues-
tas, frente al muelle. No lo sabían,
pero sus pasos eran vigilados por
tres de los secuestradores que, gra-
cias a prismáticos, podían ver si al-
guien los había seguido desde dos
departamentos, uno situado en el
piso 14 del edificio de Aráoz de La-
madrid 410, en La Boca, y otro en la
calle Manuel Estévez, en Dock Sud.
Los colaboradores de Macri dejaron
el vehículo, que fue recogido por tres
de los secuestradores que lo lleva-
ron hasta el paredón de la cancha de
San Telmo. Allí recogieron los bol-
sos, que tenían la cremallera pegada
con un adhesivo instantáneo, los
abrieron con un cuchillo, abordaron
un Dodge 1500 y se fueron.
Mauricio Macri habla con la prensa luego de ser liberado
Nicolás Caputo, poderoso empresa-
rio y gran amigo de Macri. Entregó
el dinero a los secuestradores.