la_cena_de_los_jueves2 - page 26

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Uno a uno se fueron marchando los contertulios. Estaba por
subir al auto cuando siento una voz:
–¿Puedo hablar con vos un minuto, Juan Carlos?
Era el hombre sucio y de pelo largo y despeinado.
No fue el trato familiar lo que me llamó la atención.
La televisión hace que mucha gente nos sienta parte de la fami‑
lia a los que allí trabajamos.
No me molesta, al contrario.
Fue la mirada y algunos gestos los que me parecieron conocidos
aunque lejanos, imprecisos…
–Sí, ¿qué pasa?
–¿Me podés dar diez pesos?
Sentí el olor, una mezcla de suciedad rancia y alcohol. Al hom‑
bre le faltaban algunos dientes.
De pronto el cerebro coincidió con la imagen.
–Decime… ¿vos no estudiaste Ingeniería…?
El hombre bajó la mirada.
–Eso fue hace mucho…
–¡Vos sos el Tito!
Era el Tito.
El cerebro humano no sólo es el instrumento más funcional y
organizado que exista, sino que también es el más complejo.
Está compuesto por unos cien mil millones de células nervio‑
sas llamadas neuronas y un número mucho mayor de otras
células llamadas gliales. Las neuronas son células especializa‑
das en la recepción y transmisión de información. Por lo ge‑
neral son sumamente pequeñas. Unas treinta mil de ellas
caben en la cabeza de un alfiler. Cada una de estas neuronas
está conectada a cientos o incluso miles de otras neuronas,
formando redes extremadamente complejas. De estas cone‑
xiones depende nuestra memoria, el habla, el aprendizaje de
nuevas habilidades, el pensamiento, los movimientos cons‑
cientes y en fin, todo el funcionamiento de nuestra mente.
Estas conexiones se conocen como sinapsis y se desarrollan y
Juan Carlos Bataller
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