la_cena_de_los_jueves2 - page 33

33
Ese día –estaba en cuarto grado– lo echaron del Colegio. La res‑
puesta no entró en la lógica del cura.
No sería de la única escuela de la que lo iban a echar. Sólo en la
primaria pasó por tres escuelas y fue echado dos veces. Luego,
en la secundaria, lo echarían de la Industrial y lo suspenderían
por dos años por romperle a palos la estanciera a un profesor
que no le cumplió un pacto.
¡Qué país raro el nuestro! Se ocupa de los “normales” y de los
débiles. Nunca de los que superan la media.
A eso los trata con
psicofármacos y los denomina “niños con síndrome de aten‑
ción dispersa”..
Al final, no pudieron impedir que Cacho se recibiera de técnico.
Y tampoco que festejara su título recolectando mil kilos de ali‑
mentos entre sus compañeros, los que repartió en las villas mi‑
serias.
Pero estamos hablando de los mil oficios de Cacho.
Cacho nació aventurero. Hijo de un respetable escribano, de
nivel social y económico importante, soñaba con ser médico.
Y mientras soñaba,
jugaba a ser libre.
Vendió helados en las calles de Córdoba y caramelos de Bona‑
fide en Mendoza. Enceró pisos de parquet en Buenos Aires.
Lavó platos en Frankfurt, fue ayudante de mozo en Miami
Beach, descargador de camiones en Madrid. Escribió cartas de
amor por encargo y fue astrólogo, quiromántico y aguatero en
un prostíbulo de la Guayana francesa. Lavó y lustró coches en
la Plaza 25 de Mayo de San Juan, fue sereno de una bodega y
limpió pisos en un autoservicio.
Si aparece en estos relatos fue porque al conocer su vida me
hice una pregunta.
–¿Sale barato ser loco lindo, raro o simplemente loquito?
Vamos a la historia.
Comienzo contándole que nuestra relación no es de hoy. Lo co‑
La cena de los jueves
1...,23,24,25,26,27,28,29,30,31,32 34,35,36,37,38,39,40,41,42,43,...206
Powered by FlippingBook