El Nuevo Diario - page 7

mica para mantenerlos o con asigna-
ciones universales que le permiten
paliar la situación pero condenada a
vivir penurias de por vida.
En el Congreso están represen-
tados todos los pensamientos
pero el espíritu final en su conjunto
es llegar a consensos que permitan
la mejor legislación. Eso en teoría.
Desde hace varios años que todo se
resume a victorias y derrotas políti-
cas, a apoyos a cambio de obras
para las provincias o rechazos en
bloque para afectar la gobernabilidad.
En casos como el tratamiento del
proyecto de despenalización del
aborto, no logran consensuar siquiera
una cifra de cantidad de abortos clan-
destinos.
Viernes 15 de junio de 2018
A todo o nada,
el gran drama argentino
L
a grieta está en cada tema
que se toca. Desde la política
hasta la selección de fútbol pa-
sando por temas profundos como el
aborto. Rápidamente se forman gru-
pos antagónicos, con fuertes mensa-
jes en las redes sociales, discutiendo
con bronca, considerando al otro
como si fuese escoria y hubiese que
exterminarlo. Alcanza con ver los co-
mentarios de Facebook para darse
cuenta la increíble incapacidad que
tenemos como sociedad para llegar a
acuerdos mínimos, a puntos en
común. Nos estamos transformando
en una sociedad de intolerantes.
Lo que pasó esta semana con
el debate en el Congreso res-
pecto al aborto es la mayor muestra
de la decadencia de la clase política.
Tras semanas de trabajo en comi-
sión, con especialistas que dieron
sus puntos de vista, los legisladores
fueron incapaces de llegar a acuer-
dos que fueran al fondo de la cues-
tión. Tanto quienes defendían el
proyecto de la ley que permitía el
aborto como los que estaban en con-
tra,
no tuvieron la capacidad de se-
parar ideologías, religión y
preconceptos para abordar seria-
mente el tema de fondo.
Como en la mayoría de los temas del
país, es a todo o nada, blanco o
negro, sin escalas de grises, sin pen-
sar en quienes recurren a abortos ac-
tualmente.
Si la mayoría de los legisladores
creen que como sociedad no es-
tamos preparados para una ley que
permita el aborto -cuestión que tiene
argumentos bien fundamentados- po-
drían haber propuesto alternativas al
proyecto -que también tiene sus ar-
gumentos profundos- para sancio-
nar algo que le sirva a la gente.
Prefirieron las posturas que le dan
rédito político, a favor o en contra,
sin dar una chance a las mujeres que
pasan por una situación angustiante.
Cada día que hay un caso de
una chica de 15 o 16 años que
queda embarazada, es un fracaso
como sociedad, más allá que ese
bebé termine naciendo o que haya un
aborto clandestino. Y si esa chica
tiene el segundo embarazo a los 18
años y el tercero a los 20, es un es-
cándalo de proporciones mayúsculas
que va más allá de un debate sobre
aborto. La discusión pasó más por
pañuelos verdes y colegios tomados
o invocaciones religiosas y no se dis-
cute por plantearnos estos graves
problemas sociales que se viven a
diario en todo el país.
El debate de la ley terminó
siendo entre artistas y feministas
con sus distintivos verdes y los amos
y dueños de la moral pública.
Ningún sector se puso a buscar una
solución real para esa chica que tiene
20 años, tres hijos y sin ayuda econó-
Se miente mucho de uno y otro lado
para lograr convencer a una sociedad
que en su mayoría no tiene claro los
fundamentos para estar de acuerdo o
no con la ley que se está tratando.
Cada cambio en Argentina nos
enfrenta. Pasó en 1983, que se
debatía si la patria potestad era com-
partida. Un absurdo tan grande como
ser el de discutir si madre y padre de-
berían tener los mismos derechos y
obligaciones respecto a los hijos, fue
eje de profundas divisiones con la
Iglesia en contra. Pasó lo mismo un
par de años después con la ley de di-
vorcio, llegando a excomulgar a algún
legislador que votó a favor de la ley.
Hace unos años, con la discusión de
la ley que permitía el matrimonio igua-
litario hubo marchas masivas en con-
tra y unos años después las
estadísticas demuestran que la familia
no está mejor ni peor por la ley, nadie
pasó a ser homosexual o dejó de
serlo por lo que diga una normativa.
Ya no podemos hablar de inma-
durez política. Este año se cum-
plen 35 años del retorno de la
democracia.
Lo que hay es un sistema político que
no evoluciona y una sociedad que
cayó en una grieta que no nos per-
mite crecer.
No es sólo un problema de Cristina o
Macri...
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Una plaza del Congreso dividida es el símbolo del país
Ninguno de
los dos sectores
pensó en la
chica que tiene
20 años y
tres hijos.
Juan Carlos Bataller Plana
Juanca Bataller @ juancabataller
Juan Bataller
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