El Nuevo Diario - page 6

Viernes 20 de mayo de 2016
entrevistas
culares y cáncer. Nunca es demasiado
tarde para promover cambios saluda-
bles, por ejemplo, el riesgo de muerte
prematura disminuye un 50% si alguien
deja de fumar entre los 60 y 75 años.
Por otra parte ciertas enfermedades ne-
cesitan programas de detección masiva
y tratarse en etapas tempranas para mi-
nimizar sus consecuencias, quienes pa-
dezcan procesos avanzados
necesitarán de un cuidado decente y
apoyo. Que los ancianos tengan acceso
a servicios de salud de calidad y puedan
costearlo es un muy difícil desafío.
—¿Por dónde hay que empezar?
—Es clave que más profesionales de la
salud se entrenen en el diagnóstico y
tratamiento de los denominados “cuatro
gigantes” de la geriatría (pérdida de la
memoria, incontinencia, depresión y caí-
das) así como cardiovasculares y cán-
cer, que son frecuentes y puede
prevenirse y tratarse mejor si se detec-
tan precozmente. Solo a modo de
ejemplo, en Australia el costo promedio
relacionado con cada caída en mayores
de 65 años entre 2001 y 2002 fue de
3.611 dólares. Una de las prioridades es
avanzar en hogares y ciudades amiga-
bles para personas con movilidad dismi-
nuida para prevenir caídas. Es un grupo
vulnerable, la Organización Mundial de
la Salud estima que entre 4 y 6% de los
ancianos ha sufrido de abuso (físico,
psicológico, emocional, financiero o de-
bido a negligencia en su cuidado) una
violación poco considerada de los dere-
chos humanos.
— Es previsible que dentro de cinco
lustros deberemos enfrentar abierta-
mente plagas modernas como las
adicciones, los problemas mentales
(o seniles), las depresiones, etc. ¿Es-
tamos preparándonos en ese sen-
tido? ¿Qué deberíamos hacer como
Estado y como sociedad?
— Dos factores principales determinan
la situación actual de la Salud Mental en
nuestra sociedad: primero la sensación
de enfermedad contagiosa que debe ser
excluida, encerrada, ocultada, discrimi-
nada. Segundo la falta de recursos, de
acuerdo a datos de la Organización
Mundial de la Salud, 30% de los países
no tiene asignación específica de recur-
sos para esta área y de los que sí tie-
nen, 20% gastan sólo el 1% del
presupuesto en Salud Mental. En nues-
tro país el acceso a la prevención, el
cuidado y tratamiento de estas enferme-
dades sólo está reservado a ciertos seg-
mentos de la población. Esta situación
agrava a los enfermos y así “contagia”
dolencias similares a sus familiares. Uno
de los segmentos más vulnerables de la
población, cuya situación mejorará en la
medida en que avance nuestra concep-
ción de los derechos humanos, las insti-
tuciones psiquiátricas en los países
menos desarrollados históricamente han
sido escenario de las más aberrantes y
toleradas vejaciones. Deberíamos en-
tonces comenzar por las dos principales
barreras: campañas que mejoren nues-
tra actitudes, amplíen nuestra concien-
cia contra la discriminación y formar
personal capacitado para el reconoci-
miento temprano de estas enfermeda-
des y el tratamiento en la comunidad
siempre que sea posible, no en institu-
ciones cuasicarcelarias.
—¿Es posible que en el futuro se
produzca una apertura hacia otros
conceptos en el tratamiento de los
enfermos? En ese sentido ¿deben el
Estado y las universidades trabajar
sobre la base del monopolio de co-
nocimientos de la medicina occiden-
tal o deben promover una amplitud
informativa?
— El modelo científico y tecnológico oc-
cidental ha sido aceptado como sinó-
nimo de abordaje moderno de la salud.
El marketing de la enfermedad intenta
convertir a todo ciudadano/a con poder
adquisitivo en cliente del sistema de
salud. La menopausia por ejemplo
pasó de ser una etapa de la vida a una
carencia, una deficiencia de estrógenos
que obliga a todas las mujeres a buscar
tratamiento, la terapia de reemplazo
hormonal con estrógenos resultó más
peligrosa que rejuvenecedora, ahora
van por la menopausia masculina o an-
dropausia. Perseguir la adolescencia
perpetua parece ser el mandato. Por
otra parte los principales interesados/as
deberían participar activamente en la
toma de decisiones, en base a su es-
cala de valores, en un diálogo con los
profesionales de la salud que puede
protegerlos del “encarnizamiento tera-
péutico”; decididamente necesitamos
analizar otros modelos y otras visiones,
algunas milenarias, que no ven al enve-
jecimiento y posteriormente a la muerte
como derrotas que deben evitarse a
cualquier precio.
—¿Cuál debería ser en el futuro el
papel del Estado ante actores de la
medicina tan poderosos como los la-
boratorios farmacéuticos, las prácti-
cas, las terapias intensivas, etc.?
—La industria farmacéutica privada, y
quienes venden y manejan dispositivos
diagnósticos sofisticados operan como
cualquier empresa con fines de
lucro, como tales responden a la lógica
económica más que a las demandas
científicas o humanitarias. Recompen-
san y promueven a su personal en base
a resultados. El beneficio para la pobla-
ción ha sido la innovación, investigación
y desarrollo de nuevos métodos diag-
nósticos, vacunas y medicamentos bas-
tante eficaces en muchas
enfermedades. El desafío del Estado es
gestionar en bloques regionales, crear
el ambiente legal y fiscal que facilite el
acceso de toda la población a la salud,
definir las áreas prioritarias para la in-
fraestructura pública y las campañas de
difusión para el diagnóstico precoz y el
tratamiento de dolencias que considere
más necesarias. En las próximas déca-
das será clave la alianza regional cu-
yana; entre estados nacionales; la
coordinación de gobiernos de países su-
damericanos junto a agencias interna-
cionales (Organización Panamericana
de la Salud y Organizaciones No Guber-
namentales Regionales). En segundo
término debería modificarse el sueldo
fijo al margen del rendimiento en el Es-
tado y la promoción casi exclusivamente
por antigüedad. Podrían así los estados
asociarse con la industria privada en ac-
ciones conjuntas que permitan una rela-
ción equilibrada. De otro modo
prevalecerá la puja David (sin honda) —
Goliat y la tendencia a privatizar las
áreas rentables y socializar las pérdidas.
— ¿El Estado debería apoyar la exis-
tencia de una Facultad de Medicina
de excelencia?
—Es muy difícil que exista una Facultad
de Medicina de excelencia en una pro-
vincia donde vive el 1.5% de una pobla-
ción de 40 millones como la nuestra.
Los mejores equipos de investigación y
docencia se ubican en grandes ciuda-
des (donde aparecerán suficientes
casos de las múltiples dolencias que
existen y que se necesitan para una en-
señanza basada en la práctica y no en
vetustas clases magistrales teóricas),
mucho menos posible con la crónica
falta de reconocimiento económico de
los docentes... La vocación existe, pero
pocos tienen vocación de ser explota-
dos. La principal función del Estado es
evaluar los espacios de formación en
los que se desarrolla parte del programa
de aprendizaje (hospitales y centros de
salud públicos bajo la órbita estatal prin-
cipalmente) y velar ante todo por la se-
guridad y los derechos de los pacientes.
Siguiendo el modelo de la aviación y los
simuladores de vuelo, para que los pilo-
tos no aprendan poniendo en riesgo pa-
sajeros reales, se desarrollarán en los
próximos años instalaciones para el
aprendizaje con pacientes virtuales y si-
muladores parecidos a un maniquí o
ciertas partes anatómicas. Se ofrecerá
así un ambiente seguro en donde
aprender de los errores sin las compli-
caciones éticas de la enseñanza tradi-
cional al lado de la cama de pacientes
reales.
— ¿El Estado debería promover la fa-
bricación de determinados medica-
mentos en nuestra provincia? ¿A
cuáles debería apuntar?
—Sí, el Estado sanjuanino debería parti-
Alcalá sostiene que las ciudades deben tener un diseño urbano
que estimule la actividad física
s
Viene de página anterior
Se debe poner más énfasis en que las
estadísticas sean de dominio público.
En estas enfermedades crónicas y no
transmisibles juegan un rol clave in-
dicadores que se encuentran fuera
del ámbito del sector salud conven-
cional tales como nivel de educación,
acceso al cuidado de la salud y distri-
bución de la riqueza.
GUSTAVO ALCALÁ
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