Viernes 8 de febrero de 2019
el poder de las palabras
Escribe
Aída Elisa González de Ortiz
Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y
Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.
L
as palabras del ámbito vitiviní-
cola también se emborrachan,
se chuman, cosechan… Es que
estas y otras palabras tienen su vida.
Son amigas de palabras de distintas
lenguas, se pelean por subsistir, y los
hablantes también desarrollan su
creatividad al brindarles su sello meta-
fórico. Y ya ingresaron al Diccionario
de la Vid y del Vino publicado en coe-
dición con la AAL.
Y para el brindis báquico, comparto un
pequeño racimo de palabras con tex-
tos literarios, musicales, folclóricos, y
testimonios del Atlas Lingüístico Etno-
gráfico del Nuevo Cuyo; como así
también de Encuestas sobre el Habla
y Folclore argentino realizadas por los
Maestros Láinez, entre los años
1945-50.
borracho,cha.
Como adjetivo se re-
fiere a la persona que bebe en ex-
ceso. “Un borracho se murió / y dejó
en su testamento / que l’ entierren en
la viña / pa’ chupar el sarmiento”. ; “No
hay sábado sin sol, ni vieja sin su
dolor, ni domingo sin borracho, ni
lunes sin payador”; “Más vale vestir
santos que desnudar borrachos”.
La expresión comparativa
desparra-
mado como meada de borracho
se
usa para referirse a una persona
cuando está desanimada.
chispiado,da
. Alude a la persona,
que está ligeramente ebrio. Dicho po-
tomao más de tres litros, / y apenas / y
apenas si estoy chispeao”. (Carlos
Montbrún Ocampo).
cachiche.
Niño de los mandados. Y si
se trata de la cosecha de uva, es el
chico encargado de tareas comple-
mentarias. Por lo general, son niños
que buscan los recipientes para reco-
ger los granos que caen, cuando los
hombres y mujeres cortan los racimos.
“ […] la vendimia era una verdadera
fiesta popular […] se formaban gran-
des cuadrillas compuestas por hom-
bres, mujeres y niños que trabajaban
debajo de carpas y enramadas […] el
cachiche era una especie de mensa-
jero, que llevaba y traía la uva limpia y
sucia, lavaba los platos y era estimado
y querido por todos”.
campanilla
. Es un racimo pequeño,
aislado y de pocos granos que cuelga
de otros sarmientos, y suele quedar en
los cargadores de la parra sin cose-
char. En general, los informantes cu-
yanos coinciden que luego de las
tareas vendimiales se le permite al
“pobrerío” quedarse con los racimos
más dulces, que han madurado plena-
mente en las cepas. Otras palabras
que los hablantes usan para designar
a este racimito son:
pichuca, loro,
tilín, cencerro, hijo de la parra,
crespo, pillingajo.
viuda.
En la cosecha de la uva, se usa
como sustantivo para aludir a la última
ficha que entrega el jefe de la cuadrilla
al gamelero. Cuando queda esta ficha
es muy común que entre los cosecha-
dores utilicen la siguiente expresión
“te tocó la viuda”.
pular: “Estar entre San Juan y Men-
doza: suele dársele significados equí-
vocos. A veces significa estar
achispado con el alcohol: que está y
no está alegre, o en otros términos:
que está medio curao”. Y si se trata de
andar chispiado es andar algo ma-
reado por la bebida. “Entre San Juan y
Mendoza (cueca) Yo no sé / yo no sé
lo que me pasa / que no pué / que no
puedo caminar. / Pensarán / pensarán
que estoy borracho, / y ha de ser / y
ha de ser debilidá. / Eche otro `vino /
don Ceferino por caridá / quiero to-
marme todo / y de ese modo olvidar. /
Viva las buenas mozas, / viva Men-
doza y San Juan. / Yo no sé / yo no sé
qué es lo que tengo / para ser / para
ser tan desgraciao. / Me i’tomao / me i’
“
Las palabras
del ámbito
vitivinícola también
se emborrachan, se
chuman, cosechan…
Es que estas y otras
palabras tienen su
vida.
Las palabras de
la Vid y del Vino
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