Viernes 11 de marzo de 2016
Una nota de Luis Alberto
Martínez Álvarez para
e-consulta.com
C
on más de la mitad de la pobla-
ción mundial convertida en
usuarios, Internet se ha conver-
tido en el fenómeno político, económico
y cultural de los últimos 50 años. Su
uso y aplicación ha generado millones
de empleos y ha creado una industria
de millones de dólares. El fenómeno
comunicacional de la red de redes es
indiscutible, día a día crece su penetra-
ción en el mundo y con ello su poder
sobre las masas. Ante ello valdría la
pena preguntarse: ¿Internet tiene
dueño?
No, Internet no es libre y sí tiene due-
ños.
Por mucho tiempo venimos arrastrando
la falsa idea de que Internet al ser en
su mayoría gratuito y ser el producto de
un desarrollo colectivo no tiene dueños
ni particulares.
La ilusión de gratuidad y carencia de
propietarios la tenemos dada por la li-
bertad idílica que nos proporciona el
poder abrir casi cualquier página con
un solo click sin pagarle un centavo a
nadie y obtener beneficios con ello.
Desde que uno de sus creadores, Tim
Berners-Lee, lanzó los primeros bits y
constituyó el incipiente ciberespacio de
finales de los 80´s, se generó un fenó-
meno de propagación mundial sin pre-
cedentes y no se condicionó su uso y
explotación a una retribución econó-
mica. Este crecimiento exponencial de
Internet y su masificación global ha ge-
nerado una sensación de libertad entre
sus usuarios, quienes consideran que
no tiene dueños y que la sociedad
misma colabora en la construcción de
un bien común.
Mariano Zukerfeld realiza atinadamente
una propuesta de organización en su
artículo “De niveles, regulaciones capi-
talistas y cables submarinos: Una intro-
ducción a la arquitectura política de
Internet”*. En dicho artículo se colocan
todos los elementos que componen la
Internet en una suerte de estratos o
capas que permiten comprender mejor
su funcionamiento desde una perspec-
tiva económica y política.
Zukerfeld plantea 5 capas para la arqui-
tectura de Internet. Infraestructura,
hardware, software, contenidos y red
social. En cada una de ellas se mues-
tra el empoderamiento de unos cuan-
tos privilegiados que dictan las
reglas y constituyen a los propieta-
rios de la gran red.
La primera capa
, de infraestructura,
está integrada por las grandes conexio-
nes físicas que recorren los continentes
llevando y trayendo información, esas
grandes troncales de fibra óptica tam-
bién llamadas backbones, se comple-
mentan con satélites y cables
submarinos.
AT&T, Verison, Alcatel Lucent, entre
otras, son grandes corporativos que
controlan e invierten millonarias cifras en
tender una red física de fibra óptica por
la que transite información a través de
todo el planeta. Mediáticamente son
poco conocidas las cabezas de estas
empresas, no sabemos claramente
quiénes toman las principales decisio-
nes y obtienen la mayoría de ganancias
por controlar el tráfico mundial.
La segunda capa,
la de hardware,
constituye todos los aparatos que se
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Tim Berners-Lee