El Nuevo Diario - page 7

Viernes 22 de abril de 2016
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los que tuvieron antes. Creo que el mé-
dico en general sino se humaniza se
convierte en un técnico de primera.
—Este tema de humanizar la medicina
también tiene que ver con el trato. No
a todos les gusta que el médico les
diga “hola, abuelo”, “qué te pasa,
viejo”.
—Ese es el estilo paternalista del mé-
dico. La actitud paternalista que se ha te-
nido y se tiene todavía; “a ver, mamita”,
por favor, es una falta de respeto.
“Abuelo” “por qué me va a decir abuelo si
yo no soy tu abuelo” es una cosa senci-
lla, por qué me tiene que decir a mí un
colega “abuelita” si yo no soy su abuela.
Esto tiene que ver con este estereotipo
que ya está instalado, esa actitud pater-
nalista del médico. Eso ya no va más, no
es vigente.
—Hablábamos de las especialidades,
que se suman a los fármacos y que
hacen que a lo mejor una persona que
pase los 60 años, consuma diaria-
mente dieciocho, veinte remedios y
que a lo mejor unos los sanan del
dolor de cabeza pero le rompen el hí-
gado.
—Es un tema muy espinoso. Estoy for-
mada en que la medicación es útil y
siempre lo voy a pensar. Si hay que dife-
renciar, hay patologías de riesgo que sí o
sí hay que tomar medicación pero en
muchas oportunidades se puede esperar
que el cuerpo se autorregule y logre la
compensación. Si pudiéramos hacer eso
seriamos totalmente distintos porque hay
un gran consumismo.
—¿Por qué se da ese gran consu-
mismo?
—Hay una creencia en muchos pacien-
tes que si el médico no le da remedios,
entonces el médico no sirve. Y a veces
no es necesario medicar. Si el médico
me da doscientos remedios para cada
dolor que yo tengo, tampoco sirve por-
que hay que ver lo que hay detrás de ese
dolor. Si tengo gastritis, hay que ver lo
que la produce.
—Es más fácil tomar una pastilla que
cambiar hábitos alimentarios.
—Más profundo que eso, a veces hay
que cambiar hábitos de vida. Si yo no
cambio un hábito de vida la gastritis va a
ser mi amiga el resto de la historia por-
que la base es ver cómo vivo
—En la medicina hay dos protagonis-
tas; el médico y el paciente, sin el pa-
ciente no hay tampoco medicina
—En cómo construimos nuestro rol mé-
dico con el paciente, lo más importante
en el vínculo no es el médico, es el pa-
ciente, porque es quien nos posibilita
crear ese rol, esa función medica, sino
no seriamos médicos. Inclusive los médi-
cos que no tienen vínculo directo con el
paciente como el anatomopatólogo, el
diagnóstico por imagen, sin el paciente
que está representado por una pieza
operatoria o una biopsia no pueden ejer-
cer su especialidad.
—¿Cuánto tiene que ver la alimenta-
ción en la salud?
—Es un pilar fundamental. La desnutri-
ción (hay gordos ricos y gordos pobres)
es generadora de trastornos severos
cognitivos. Hoy un pilar de las terapias
antienvejecimiento es la alimentación.
—¿Qué forma el carácter de una per-
sona?
—Se puede decir actualmente que recibi-
mos la influencia del vínculo materno
desde que estamos en el útero. Y tam-
bién que el modo en que nos vinculamos
desde entonces y hasta más o menos los
5 a 7 años crea redes neuronales que
van a marcar el modo de afrontar la coti-
dianidad.
—¿De chico se ve a quién va a ser
líder?
—Creo que sí, quién soporta mejor las
presiones se llama fenotipo resiliente. Un
chico que tuvo exposición a situaciones
de estrés durante sus primeros años de
vida es más vulnerable ya que tiene un
autoencendido en el área cerebral, lla-
mada locus coeruleos, y genera un feno-
tipo vulnerable.
—Está quién se quiebra y quién sigue
a pesar de todo ¿es genético o se
puede educar?
—Es genético y se puede construir feno-
tipo resiliente. Creo que se quiebra quien
no puede aceptar la perdida, el caos y se
victimiza, se queda anclado en la culpa,
el resentimiento, la manipulación como
estrategia comunicacional.
—¿Qué nos puede ayudar a seguir?
—Quien sigue a pesar de todo es alguien
que puede aceptar el cambio, que reco-
noce sus límites y fortalezas, cuando
cree en él mismo y vive acorde a lo que
piensa y siente. Es alguien que no se
miente a sí mismo, es coherente y guía
de su propia existencia.
—¿Hasta dónde es lógico prolongar
una vida sin caer en el ensañamiento
terapéutico?
—Creo que es totalmente sin sentido el
ensañamiento terapéutico, impide una
muerte digna.
—¿La medicina tiene que comenzar a
aceptar terapias no tradicionales?
— Hoy existe la medicina integrativa, no
alternativa. Si usamos la palabra alterna-
tiva hay que elegir mientras que integra-
tiva es coadyuvante de la estrategia
médica determinada.
—¿Cuál es el límite?
—El límite es la oferta indiscriminada de
tratamientos sanadores por personas no
formadas adecuadamente que venden
estrategias para el consumismo espiri-
tual.
“Se va a una
rehumanización
del ser humano”
—¿Está cambiando el paradigma bio-
médico?
—A la persona se la ve como un ser
bio—psico—socioespiritual, se va hacia
una rehumanización del ser humano. La
neurociencia busca comprender cómo
las personas piensan, sienten, actúan y
se relacionan unas con otras.
—¿Influye la experiencia?
—La experiencia aprendida, mediante
procesos de neuroplasticidad, va mode-
lando a la persona de manera continua
constituyendo la base neurobiológica de
la identidad de cada individuo.
—¿Qué influye a la formación del es-
trés?
—Son muchas las causas. El deseo
constante de querer lo que no tengo,
estar donde no estoy y ser lo que no soy,
desequilibra lo cotidiano y desencadena
una respuesta crónica al stress.
—¿Al estrés se lo puede ver también
desde lo colectivo?
—Cuando la sociedad o un grupo hu-
mano se caracteriza por altos niveles de
excitación y de angustia, por frecuente
sensación de no poder hacer frente a la
situación, por autoritarismo, aparece la
falta de control.
—¿Y qué ocasiona eso?
—Que el trabajo se realiza sin motiva-
ción, se trabajaba a alta velocidad, hay
una mayor exposición a la violencia,
pasan a haber condiciones de trabajo fí-
sicamente y emocionalmente peligrosas,
hay falta de entusiasmo, sometimiento —
rebeldía pasiva— y da como resultado la
enfermedad. No es azar que las principa-
les causas de muerte en nuestro país, en
general en el mundo occidental, estén
vinculadas a un manejo inadecuado de
las emociones.
—¿Cuánto influye la psiquis de la per-
sona?
—Una persona puede enfermar cuando
tiene miedo a vincularse, se queda, se
desconecta de sí misma, se comunica
inadecuadamente o no se comunica, se
repliega en la hostilidad, o en los celos, o
en la envidia o en cualquiera de las for-
mas de la indiferencia. Se queda anclado
en la culpa, el pánico, el odio y la violen-
cia ejercida sobre si y/o sobre los otros.
Lo más importante en el vínculo no
es el médico, es el paciente porque
es quien nos posibilita crear ese rol.
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