Viernes 19 de febrero de 2016
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De carpintero
a banquero
A
ntonio Zunino era como muchos
inmigrantes italianos de su
época, un hombre dispuesto a
dejar su tierra y a trabajar con gran es-
fuerzo en busca de un mejor porvenir.
Pero, a diferencia de otros, con gran vi-
sión e iniciativa, logró convertirse en ban-
quero y en el dueño de importantes
propiedades.
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El italiano dejó su Génova natal y llegó a
San Juan a fines del siglo XIX, sin padres
ni hermanos, acompañado y asegurado
solo por sus conocimientos de carpinte-
ría. Abrió su propio taller sobre Avenida
Libertador, unos metros antes de calle Ur-
quiza, donde luego también construyó su
casa. Al poco tiempo comenzó a crecer y
logró abrir una ferretería sobre calle Ge-
neral Acha. Ese fue apenas el comienzo.
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A la par del crecimiento de sus emprendi-
mientos,
Antonio tuvo tres hijos: Anto-
nio, Marcelo y Celia.
Gracias a su
trabajo, logró alcanzar una buena posi-
ción económica y decidió que sus dos
hijos mayores se formaran en Europa,
desde chicos. El mayor partió a Alemania
con apenas trece años y poco después
zarpó también Marcelo, rumbo a Inglate-
rra. Allá permanecieron varios años hasta
que comenzó la Primera Guerra Mundial
y su padre los mandó a llamar.
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Antonio (h) se formó en el país de las po-
tencias centrales y Marcelo en el líder de
los aliados, así que no faltaron los deba-
tes sobre la guerra durante esos años, en
la casa familiar. Al terminar el conflicto, ya
casi a mediados de la década del veinte,
Antonio padre fundó el Banco Hispano
Ítalo Libanés junto a otros empresarios de
la provincia y compró la Pampa del Leon-
cito, de Barreal. Los Zunino fueron pro-
pietarios de miles de hectáreas en esa
localidad, que se convirtió desde enton-
ces, y hasta la actualidad, en un segundo
hogar para ellos. Antonio padre, el funda-
dor de esta familia, falleció poco después
del terremoto de 1944, tras sufrir un in-
farto.
Un empresario y
político aventurero
E
sta historia continúa con el se-
gundo de los hijos de Antonio,
Marcelo, que fue un gran empren-
dedor y sobre todo un aventurero. Él en-
contró en la hermosa joven Josefina Mó,
una fiel compañera para varias de sus
hazañas. Ella era hija de Fernando Mó,
italiano oriundo de Turín y Santina Con-
tardi, argentina hija de italianos pero que
residió algunos años en Italia.
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Para Marcelo, lograr conquistar a Jose-
fina fue toda otra proeza. Él gastaba el
pavimento pasando con su auto y to-
cando bocina frente a la casa de Jose-
fina, así solían cortejar los hombres de
FAMILIAS SANJUANINAS
Notas preparadas por FUNDACION BATALLER
Usted puede encontrarlos en
y
LOS ZUNINO
esa época a las chicas. Ella no le pres-
taba atención, pero le terminó ganando
por cansancio. Se enamoraron, se casa-
ron y
tuvieron tres hijos: Marcelo, Elsa
y catorce años después llegó el
menor, Ricardo
.
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Luego del terremoto de 1944, y con la
muerte de Antonio, Marcelo se mudó con
su familia a la casa que había sido de su
padre, sobre Avenida Libertador. Había
quedado sumamente deteriorada, así
que volvió a levantarla, contratando a la
constructora de Walter Melcher. Además,
continuó con los emprendimientos de su
padre. Trabajó en el Banco Hispano y le-
vantó un nuevo edificio para la ferretería
familiar, también con Melcher. La cons-
trucción, que fue moderna para la época,
tiene tres pisos y está en el cruce de
Antonio Zunino, el fundador de esta familia
que llegó desde Génova, Italia.
Marcelo Zunino, hijo de Antonio Zunino, que al igual que su padre
trabajó en el Banco Hispano, además fue diputado nacional.
La familia Zunino siempre disfrutó de los animales, en especial de los perros.
Quien aparece en esta foto es Ricardo Zunino, en el fondo de su casa, con una
de las mascotas que tuvieron, un perro Chow Chow.
Una familia protagonista en
la vida económica de San Juan
calle Mendoza y Mitre.
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Además de su actividad como empresa-
rio, Marcelo se dedicó a la política. Fue
un férreo opositor al cantonismo, más
tarde al peronismo, fue diputado nacional
por el Partido Demócrata y además fun-
dador del diario La Acción, donde tam-
bién escribió algunos artículos su
hermano Antonio. Su oposición al pero-
nismo, y el negarse a tener en el edificio
del Banco Hispano retratos de Juan Do-
mingo Perón y de Eva Duarte, contribu-
yeron al cierre de esta institución, que
años más tarde recuperaría su hijo
mayor.
La familia que cruzó
la cordillera en los ´40
E
n la década del cuarenta, Mar-
celo junto a su esposa, sus dos
hijos mayores y amigos, encaró
más de una vez el desafío de hacer el
cruce de los Andes. En esa época resul-
taba toda una hazaña, pero el hombre
contaba con un muy buen equipamiento,
caballos de montaña, carpas y viajaba
acompañado de baqueanos y un médico
amigo por precaución. Su mujer en una
oportunidad fue la cocinera del grupo,
era tan aventurera como él y una gran ji-
neta, además era muy buena conduc-
tora. En esa época se iba sola en un
auto Alfa Romeo hasta Barreal.
La localidad entonces se había conver-
tido en la segunda casa de la familia,
que pasaba sus vacaciones y fines de
semana en la vivienda que allí tenían.
Hasta la actualidad, los hijos y nietos de
Marcelo padre disfrutan del paisaje ba-
De origen italiano, específi-
camente genovés, los Zu-
nino llegaron a San Juan a
fines del siglo XIX y se con-
virtieron en destacados em-
presarios y dueños de
importantes propiedades, a
ellos les perteneció en algún
momento la Pampa del
Leoncito, fueron fundadores
del Banco Hispano y un Zu-
nino fue el único sanjuanino
que llegó a la Fórmula 1.