El Nuevo Diario - page 13

oferta desmedida de posibilidades sobre
todo en lo sexual o sea se utilizan de la
misma manera que cualquier otro objeto
adictivo. Tenemos que entender que no
podemos pedirle a una relación fidelidad
para toda la vida, amor para toda la
vida, atracción, compañerismo, ternura,
diversión, placer... Hay momentos
donde nos vamos aburrir, que las cosas
del otro que nos van a fastidiar... Lo im-
portante es que elijamos a alguien y si
consideramos que es la persona con la
que queremos construir una vida —por-
que tenemos valores comunes— el
resto nos quedaremos a trabajarlo. No
se trata de seguir haciendo zapping
hasta que uno encuentre el alma ge-
mela. En uno de mis libros, Amores po-
sibles, digo que hay que pensar en el
amor posible no en el amor ideal, en los
amores que uno puede construir y que
por supuesto tienen un montón de
cosas que no son agradables, pero que
básicamente a la hora importante son
los que van a estar son los que van
acompañar.
—Pensando en los cientos de hechos
de violencia de género que suceden en
el país, ¿cómo identificar cuándo un
vínculo no es positivo o saludable?
—Cuando son muy asimétricos. Asimétrico
me refiero a que uno tenga demasiado
poco poder en la relación, no me refiero al
poder económico sino cuando hay una per-
sona más necesitada afectivamente que la
otra. Hay parejas que son más violentas
pero que es una violencia simétrica, los
dos son muy violentos, discuten violenta-
mente, pero la violencia es más peligrosa
cuando es violencia castigo, una violencia
asimétrica. Ahora en relación a lo saluda-
ble y a lo que no, para mí hay algo que es
muy sencillo: hay personas que no se de-
tienen frente al dolor o el dolor de su pareja
no les importa, no tienen la más mínima
empatía. Esto para mí ya tiene que ver con
el desamor y cuando se transita mucho
tiempo el desamor en la pareja, eso lleva a
la enfermedad. Entonces, si tengo que
pensar en una definición del amor pienso
que el buen amor es desear el bien del
otro. Cuando yo deseo el bien del otro,
esto es un límite para nuestras peleas,
para nuestras discusiones, para todas mis
acciones.
—¿Cuánto influye la mirada social, el
entorno o los mandatos en el hecho de
que una mujer soporte un vínculo que
no es sano?
—En relación a los mandatos, la mujer so-
porta mucho más mandatos culturales que
el hombre. Incluso desde lo económico,
porque la gran mayoría de mujeres son in-
dependientes en lo económico, y aun así
se quedan en relaciones muy difíciles y
disfuncionales por una dependencia que es
puramente emocional. Es la dependencia
del terror de no estar sola, del terror de no
ser vista como un déficit porque es una so-
ciedad que condena bastante a una mujer
de cierta edad que está sola. Es una solte-
rona, una pobre mujer o sea hay una mi-
rada condescendiente a esa mujer que
está sola y no es la misma mirada que
hacia el varón que si a los 40—50 años
está solo, al contrario, lo demás lo miran
como qué suerte, de la que te salvaste. Sin
duda el entorno influye mucho, sobre todo
en que la mujer se haga cargo de un mon-
tón de cosas dentro de la familia aun
cuando los dos trabajan a la par, aun
cuando lo económico sea repartido mitad—
mitad o ella mantenga la casa incluso esto
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Viernes 5 de agosto de 2016
PATRICIA FAUR, PSICÓLOGA, ESPECIALISTA EN PAREJAS
“Si no tenés capacidad de renuncia,
nunca podrás tener un buen vínculo
a largo plazo”
es bastante notorio.
—¿Mujeres y hombres sufren por
igual la codependencia afectiva?
—Hay una prevalencia más femenina en
la codependencia, sobre todo en ese pa-
trón vincular que tiene que ver con el
rescate del otro. La codependiente es
una rescatadora, una mujer que está tan
desvalorizada que necesita ser necesa-
ria para alguien, entonces sale al mundo
a buscar necesitados, a buscar hombres
dañados a los que cree que va a redimir
con su nuevo amor porque de esta ma-
nera se siente segura y a salvo. Y si esto
tiene una prevalencia femenina, muchos
hombres sufren por amor y sufren mu-
chísimo, lo que pasa es que llegan
mucho menos a la consulta terapéutica,
les da mucha vergüenza. Todavía hay
algo del macho que no se permite sufrir
por amor, entonces sufre en silencio.
Pensemos que el hombre tiene menos
confidentes y nosotras, nos juntamos
dos y hacemos un grupo de autoayuda
en cinco minutos.
Hay que pensar en el amor
posible no en el amor ideal,
en los amores que uno
puede construir y que
tienen un montón de cosas
que no son agradables,
pero que a la hora
importante, son los que
van a estar, son los que
van acompañar
—¿La sociedad actual tiende a buscar
vínculos saludables?
—Esta es una sociedad profundamente
adictiva, que nos empuja todo el tiempo
a tener relaciones de alta intensidad, es
una relación que no permite vínculos
profundos sino lo que pide es vínculos
intensos e intenso no quiere decir pro-
fundo. El amor necesita tiempo, cocción,
acuerdos, y lo cierto es que es una so-
ciedad que empuja a no hacer esfuerzos
en ningún sentido. Es una sociedad muy
narcisista que persigue gratificación in-
mediata, que no se quiere frustrar, que
no quiere renunciar a nada y eso se ve
en las relaciones porque si no tenés ca-
pacidad de renuncia nunca vas a poder
tener un buen vínculo a largo plazo.
—¿Cómo influyen las redes sociales
en los vínculos?
—No las demonizo porque sirven de so-
porte social, sirven para que las perso-
nas más tímidas inicien contactos o se
vinculen pero también es verdad que por
ejemplo convocan muchas veces a una
Dentro de las conferencias organizadas por la Diplomatura
Transdisciplina PNIE Desafío del Siglo XXI, este viernes estará
en San Juan, Patricia Faur. Licenciada en Psicología,
magister en Psiconeuroinmunoendocrinología, especialista
en parejas y autora de varios libros relacionados con la
temática, brindará una charla abierta para todo público,
“Amores que duelen”, desde las 17,30 en el
Aula Magna de Facultad de Filosofía.
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