El Nuevo Diario - page 8

Viernes 1 de julio de 2016
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
Flagrancia:
se viene el cambio
Un paso gigante hacia la direc-
ción correcta.
Un ordenamiento imprescindible
de los actores del proceso.
Una visión superadora de un
sistema caduco, fracasado y
perimido.
El triunfo de la oralidad sobre la
“expedientología crónica” del
escrito.
La Justicia en el Barrio, cerca
de casa.
Jueces, Fiscales y Defensores
expuestos ante la Comunidad.
Salas de Debate funcionando a
“silla caliente”.
Clara separación entre las labo-
res administrativas y las juris-
diccionales.
Celeridad, inmediatez, publici-
dad.
Control de Gestión.
Una reforma (por fin) pensada
para la gente.
Economía procesal y de recur-
sos.
Resolución de conflictos por
medios alternativos.
Puerta de entrada al Sistema
Acusatorio.
Respeto por víctima, victima-
rio, abogados, testigos, peritos.
El principio de un cambio cultu-
ral largamente batallado.
Fuente de compromiso para
todos quienes aman a la Justi-
cia.
Fuente de rechazo para aque-
llos (pocos) que creen que el
Estado les paga un sueldo para
que descansen.
Eso es, y mucho mas, el Pro-
yecto de Flagrancia impulsado
por el Ejecutivo Provincial.
Una luz en el camino a la mo-
dernización, para empezar a
superar el atraso.
Una buena. A aprovecharla.
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8
COLUMNISTAS
algo de alguien
Orfebres
E
n un antiguo y grande edifi-
cio del centro, lleno de ofici-
nas y cosas por el estilo,
unos muchachos hacían trabajos
de orfebrería para relojerías y joye-
rías de la ciudad; trabajos que le
traían cadetes de cada negocio.
Ellos ponían su trabajo y los nego-
cios ponían la cara.
No era un gran taller moderno ni
con equipamiento moderno. Eran
tres orfebres tradicionales, dos más
jóvenes que el maestro, que aparte
de su mucha experiencia, cargaba
canas y las mañas del oficio. Cada
cual con su banco de trabajo. Esos
bancos de madera dura y con una
rara cuña de madera, que es
donde hacen casi todo: golpetean y
conforman las piezas, atornillan o
pegan alguna perla en algún viejo
relicario.
Se veían esos raros artefactos, ins-
trumentos y herramientas que con
toda tranquilidad pueden formar
parte de la saga de Harry Potter.
Por allí unos rodillos, que movidos
por una firuleteada manija servían
para ir curvando, en cada pasada,
un poco más aquella lámina hasta
convertirla en un anillo o algo circu-
lar. No faltaba algún soplete, tam-
bién raro, como de alquimista, con
el que manejaban una llama pe-
queña y tan picante como un ají.
Tanto es así que su calentura al-
canzaba para amalgamar piezas
tan testarudas como el oro y el pla-
tino.
Un pequeño ventilador viejo mal-
trataba el aire, no tanto para en-
friarlo como para correr un poco
los olores surtidos que producían
los diferentes trabajos que allí se
s
Vicepresidente Primero del
Consejo Federal de Política Cri-
minal de los Ministerios Públi-
cos de la República Argentina
Escribe
Gustavo Ruckschloss
fraguaban. En frente de cada cual,
una maltrecha y larga tabla recibía,
cuando las acomodaban, las herra-
mientas de trabajo, para que el ar-
tesano hiciera la magia de convertir
materiales en joyas. Imprescindi-
ble, una cajonera con muchos ca-
joncitos a su vez divididos en
compartimentos pequeños. Más
arriba, un sin fin de cajitas y estu-
ches para vestir las obras termina-
das.
Todo simple y utilitario pero, a la
vez, romántico. Trasuntaban tra-
bajo y cariño por lo hecho a veloci-
dad de artesanos. No sé si hoy
existirán, pero debieran estar, por
el bien de nosotros, las simples
personas comunes que querríamos
tener y disfrutar lo que ellos crea-
ban.
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