Viernes 22 de abril de 2016
historia
E
l inmueble ubicado en la calle
Entre Ríos, entre Av. José I. de la
Roza y Mitre, fue propiedad del
Arzobispado desde el año 1641 y a
partir de allí la Iglesia Católica lo estuvo
poseyendo como propietaria.
El terreno correspondió en el plano de
la ciudad fundacional a la orden de San
Agustín, que levantó su convento y su
humilde templo allí, destruido por la
inundación de 1834 que, al avanzar to-
rrencialmente por la actual calle Mitre,
afectó la estructura del edificio.
Los agustinos tardaron más de 40 años
en reconstruir el templo, localizado en
Mitre esquina Rawson (hoy Entre Ríos)
debiendo recurrir a la venta de propie-
dades y un lote de la misma manzana
para concluir con la construcción de la
nave. El templo debía contar con un
frontis compuesto por un peristilo de
piedra y dos torres, conforme al plano
diseñado por el ingeniero Enrique
Schade. Para 1870 se firmó el conve-
nio entre el gobierno y el arquitecto
Francisco Ferroni, pero un pleito de-
moró la ejecución quedando sin mate-
rialización las torres. El terremoto de
1944 dejó solamente en pie el sobrio
peristilo.
Es seguramente el terreno más caro del centro san-
juanino. Después de 35 años de conflictos legales,
el Municipio de Capital restituyó en el 2008 un te-
rreno histórico al Arzobispado de San Juan. Se
trata del lote ubicado en la calle Entre Ríos, entre
Av. José I. de la Roza y Mitre, donde desde hace
muchos años funciona una playa de estaciona-
miento. Es interesante volver atrás en el tiempo
para conocer la historia de ese terreno.
Esta foto del interior del seminario fue
tomada por el fotógrafo portugués
Christiano Junior alrededor de 1880.
Colección Christiano Junior - Museo
Histórico Provincial “Agustín Gnecco”
de la provincia, habían firmado un con-
cordato a los efectos de establecer el
Seminario Conciliar en la manzana de
San Clemente (General Acha, Cór-
doba, Tucumán y Santa Fe), aplicando
para este fin todas las capellanías que
pudiera disponer el Obispado. No les
fue posible a los primeros prelados
cumplir esta disposición y menos a
partir de 1862 en que se confiscó la
manzana de referencia.
Cuenta Isabel Gironés en su libro “La
ciudad perdida” que el Obispo Aldazor
proyectó establecer el seminario en el
ex Convento de los Mercedarios, pero
la idea no llegó a concretarse.
”La idea la materializó finalmente el
Obispo José Wenceslao Achával,
quien pudo concretar su apertura en
1874, por medio de un subsidio nacio-
nal, que permitió el alquiler de una
casa particular y la subvención de los
gastos mínimos del funcionamiento
institucional. Inmediatamente comenzó
a tramitarse un solar para la sede. El
primer emplazamiento estuvo en la
calle Ancha del Naciente o de la Ala-
meda (actual Avenida Rawson) en una
propiedad de Achával, encomendán-
dose los planos al Ingeniero Enrique
Schade, para ser elevados junto con el
presupuesto al Ministerio Nacional de
Relaciones Exteriores y Culto. En 1878
el mismo Obispo Achával, pidió al go-
bierno nacional que se cediese el te-
rreno que había sido confiscado al ex
convento de San Agustín por el go-
bierno provincial, para establecer allí el
Seminario Conciliar. Efectivamente por
ley de 29 de julio del año siguiente se
cedió ese terreno al Obispado para el
fin propuesto bajo pena de rescisión de
la donación si se le daba otro uso. Así
fue demolido parte del convento cons-
truido por el Padre Gil y comenzó a
construirse el Seminario al lado del
templo de San Agustín pasando, poco
tiempo después, a ser adjudicada
dicha iglesia al Obispado para servicio
del Seminario Conciliar
19
El concilio de Trento
Para esa época, el Concilio de Trento
había ordenado que en cada diócesis se
estableciera un seminario para la educa-
ción de los jóvenes que siguieran la ca-
rrera eclesiástica. En cumplimiento de
este precepto, el primer obispo Fray
Justo Santa Maria de Oro y el gobierno
E
l edificio sobrio y amplio, se cons-
truyó en mampostería de ladrillos,
con dos patios rodeados de galerías
sostenidas por pilastras y arcos de
medio punto, con habitaciones a su
alrededor, ocupando un cuarto de la
denominada manzana de San Agus-
tín (Mitre, Entre Ríos, Rivadavia y
Sarmiento).
Se debió también al Obispo Achával
la compra de una finca en Marque-
sado, que después de mejorarla y
haber levantado un edificio a propó-
sito, la destinó a casa de descanso y
colonia de vacaciones de los semina-
ristas adjudicándola al Seminario
Conciliar.
El Seminario Conciliar quedó des-
truido en el terremoto y la casa de
campo quedó inhabilitada por debili-
tamiento de su estructura.
Ahora vamos a la historia moderna.
El 26 de febrero de 1973, la comuna
capitalina decidió construir un Centro
Educativo Cultural, una biblioteca y
un teatro, en una fracción de ese te-
rreno, y por ello en virtud de una ley
provincial y una ordenanza, se lo ex-
propió al Arzobispado. En la ley se
establecía, como plazo para la cons-
trucción de esta obra 5 años.
La obra ni siquiera se inició. Como
no se había cumplido el objetivo
para el cual fue expropiado y decla-
rado de utilidad pública, el Arzobis-
pado inició el juicio de Retrocesión,
para que dicho terreno se restitu-
yera.
En 1984, el Intendente Evaristo Alé y
el Arzobispo Italo Severino Di Sté-
fano firmaron un Convenio Transac-
cional, que fue homologado
judicialmente. Con el pasar del
tiempo ese convenio desapareció,
no existiendo copias ni en el Arzobis-
pado ni en el Municipio ni en el
Poder Judicial. Como consecuencia
de esto al tiempo, el Arzobispado
para obtener la titularidad dominial,
inició una acción de usucapión, esto
es prescripción adquisitiva para re-
cuperar dicha titularidad.
La historia terminó en junio de 2008
cuando el intendente y el Concejo
Deliberante por unanimidad resolvie-
ron restituir el valioso terreno al Ar-
zobispado.
La historia del terreno más
caro del centro sanjuanino
IDAS Y VENIDAS DEL
VIEJO SEMINARIO CONCILIAR
El edificio