El Nuevo Diario - page 11

que lo divierte. Eso es bastante difícil de
revertir. Siempre las publicidades inven-
tan algo, como que te cae una gota del
cielo y se te da el amor pasional y la
amistad. Hay que reprimir a las previas,
¿y después? Porque no terminamos ahí.
Salen del boliche y se suben al auto. El
tema de los menores es gravísimo. Cada
vez uno encuentra menos actas con me-
nores. ¡Y hay boliches casi para menores!
Actualmente el joven
se quiere embriagar,
eso es lo que lo
divierte… El tema de
los menores es
gravísimo
—Y además, los menores consumen
no sólo alcohol, sino energizantes, es-
timulantes, tranquilizantes, etc., a
veces mezclados con alcohol.
— Así es. Entonces, ¿esto se va a solu-
cionar modificando la ley? Quizás si mo-
dificamos la ley, dentro de diez años nos
encontremos con la misma situación. Si
me pregunta, ¿los juzgados de Faltas
cumplen con la ley?: A rajatabla. Se san-
ciona caso por caso, se los multa por no
comparecer, se los clausura como san-
ción. Los propietarios de locales pierden
más plata si se les cierra el local que con
una multa, aunque son muy elevadas.
Ahora, ¿vamos a modificar la realidad
modificando la ley? Hace falta preven-
ción. Los boliches se sancionan dura-
mente, eso lo puedo afirmar. Pero
sentimos impotencia de no saber cómo
estamos influyendo en la realidad.
Cuando salió la prohibición de fumar,
pensamos que no iba a funcionar, sin em-
bargo, lo sociológico acompañó a la ley y
hoy, el que fuma lo hace afuera en un
local cerrado. En esto no, van las cosas a
contrapelo. La juventud no quiere cambiar
por algo, hay algo que está afectando a la
juventud que hay que resolver.
—¿Y qué se hace entonces, con la ley?
—Hoy hablar de esa ley, es intocable por-
que parece que el gobierno se debilita si
hablamos de ella. No es una ley seca, es
una ley dura que impone cincuenta mil
cosas que sólo sirven para que las vio-
len. Pero no viene ningún acta que diga:
clausurado por encontrar tres ebrios den-
tro del boliche. Ahí sí, se cuidarían más.
Es más fácil sacarlos a la calle, ¡y eso lo
he visto yo! Por otra parte, la ley no dice
que se podrá vender alcohol hasta 0,8
gramos, por ejemplo. No lo dice, pero se
puede comprobar a través de la ebriedad
evidente y no se hace.
Hoy hablar de esa ley,
es intocable porque
parece que el gobierno
se debilita si
hablamos de ella
expenderles alcohol.
—¿Para qué sirve el horario entonces?
—Para que todos lo transgredan. ¿Para
qué voy a respetar el horario si nadie lo
respeta? No estoy de acuerdo con la limi-
tación horaria. El horario no es una me-
dida eficaz. Por otra parte, muchos chicos
llegan alcoholizados al boliche, porque no
es lo mismo comprar alcohol caro que ba-
rato en cualquier barsucho o en las pre-
vias y así, van medios tomados. Segundo
tema: a una persona alcoholizada no se le
debe permitir el ingreso. Esto tampoco ha
funcionado.
—Para controlar eso está el personal
de seguridad o los adicionales de la
Policía, ¿o no?
— ¿Quién paga los adicionales? Resulta
que encontramos a menores dentro del
lugar y tenemos un policía en la puerta.
¿Qué es esto? El Estado no tiene por qué
estar pagando adicionales para que cui-
den la noche. No lo veo. Esto ha gene-
rado un negocio de los adicionales, una
especie de Policía paralela. La ventaja y
la virtud de la ley es que abrió la posibili-
dad a la seguridad privada, que ahora te-
nemos un montón y que nunca están del
lado de la ley. ¡Son empleados del dueño!
Por eso, en general, los dueños siempre
piden que vaya la misma persona. Y un
adicional no puede volver al mismo lugar.
No me gusta eso, por eso creo que los le-
gisladores deben repensar la ley.
Resulta que
encontramos a menores
dentro del lugar y tene-
mos un policía en la
puerta. ¿Qué es esto?
El Estado no tiene por
qué estar pagando
adicionales para que
cuiden la noche
—¿Se realizan efectivamente los con-
troles?
—Los juzgados de Falta cumplimos con la
ley, pero también pasa que nunca encon-
Viernes 12 de febrero de 2016
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tramos a los dueños de los boliches por-
que ponen testaferros, o las habilitacio-
nes están a nombre de la madre de uno o
del tío de otro. Necesitan un registro para
expender alcohol y se cumplen con las
inspecciones, pero exhaustivamente no.
¿Desde ahora? No, desde siempre. Hay
boliches que están sancionados todas las
semanas y otros que no, que cierran a
horario, que no admiten menores, que
son una preciosura…
—¿Modificando la ley, se modifica la
problemática con los menores de
edad?
—Hay que revisar profundamente la ley y
tal vez –y es lo que me parece más
duro—, modificando la ley no modifique-
mos la realidad sociológica. Actualmente
el joven se quiere embriagar, eso es lo
El Sexto Estudio Nacio-
nal Sobre Consumo de
Sustancias Psicoactivas
en Estudiantes de En-
señanza Media 2014, reali-
zado por Observatorio
Argentino de Drogas (OAD) a
4.074 alumnos de 38 escuelas
de San Juan, tanto de gestión
pública como privada, estable-
ció que el 68,9% dijo consumir
alcohol sobre cualquier otra
sustancia, mientras que
63,8% consume también ener-
gizantes. Las cifras son más
alarmantes cuando se conoce
que el 74,4% mezcló energi-
zantes con alcohol; el 86,7%
consumió éxtasis y alcohol y
el 59,9% tomó tranquilizantes
con alcohol (una de las cifras
más altas del país).
El estudio de OAD,
que depende del Se-
dronar, estableció que
el consumo de alcohol
en los estudiantes sanjuani-
nos comienza a los 13,6
años, al igual que el de esti-
mulantes, pero aumenta en
el segmento etario de 17
años en adelante.
En San Juan las sus-
tancias psicoactivas
con mayores prevalen-
cias de consumo alguna vez
en la vida, en el último año y
en el último mes son el alco-
hol, las bebidas energizantes
y, en menor medida, el tabaco
y, luego, aunque resaltando
entre el resto de las sustan-
cias ilícitas, la marihuana.
En los registros co-
rrespondientes a éx-
tasis para consumo
de alguna vez en la
vida, consumo reciente y
consumo actual, se obser-
van valores levemente más
elevados en San Juan que la
media nacional, y paralela-
mente, su consumo se ha
incrementado entre el 2011
y el 2014.
Para los tres grupos
de edad (menores de
14; entre 15 y 16 y
más de 17) las preva-
lencias de vida de alcohol, be-
bidas energizantes y tabaco
son superiores a lo registrado
en el total del país para cada
tramo etario. En cuanto a la
marihuana, cuarta sustancia
en magnitud de consumo, es
similar al promedio en los dos
grupos más jóvenes, y leve-
mente inferior para los de más
edad.
Estudiantes y alcohol
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El consumo de
alcohol en los es-
tudiantes sanjua-
ninos comienza a
los 13 años.
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