El Nuevo Diario - page 17

A
ctualmente, casi todos los temas
que uno toca, nos dejan cabizba-
jos, ya sea porque son de economía
o corrupción que se relacionan inevitable-
mente con casi cualquier actividad diaria.
Hay pocas áreas de nuestros días que nos
levanten el ánimo y la mirada. Una de
ellas son los niños, que siempre nos hacen
ver para adelante y nos ponen de buen
humor. Jugar con ellos debe ser una de
las mejores cosas que nos regala la vida.
Y, si aparte sirve para enseñarles algo,
mejor, poner algo de artesanía entre los
dos y luego correr y moverse juntos, es el
súmum. Eso es, precisamente, lo que con-
sigue algo tan simple como el barrilete, o
volantín como le decíamos los sanjuani-
nos. Cuando no lo hacíamos en familia,
lo hacía algún pariente o amigo más ex-
perto, siempre con mucho cariño. De-
manda ingenio y paciencia. No es digital
y casi nunca se compra. La gracia está
en buscar los materiales (cañas, hilos, pa-
peles, engrudo, etc) y meterle mano uno y,
salga como salga, siempre el nuestro será
el mejor del mundo, el más lindo. Tam-
bién tiene lo suyo; no te regala las ale-
grías, hay que ganárselas corriendo como
loco para que levante del piso y luego, si
todo anda bien, elevarse muuuuucho, a
puro tirón, porque cada vez que tiramos,
nos oponemos al viento y él, de bronca, lo
sube más arriba.
Podés competir o no, solo o acompañado,
es una alegría verlo colear allí arriba. Es
una ironía que algo tan activo sea susten-
tado por algo tan tenue como el aire, que
tiene que estar en movimiento para ele-
varlo. ¡Nada se eleva quieto!, sentándose
Viernes 12 de febrero de 2016
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s
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¿Fiscales en
el Ejecutivo?
Entre el cielo y la tierra
TEMAS DE LA JUSTICIA
Escribe
s
s
a esperar que el otro haga el trabajo. Es
ley de la vida, para ascender hay que ga-
nárselo. Es algo que une el cielo y la tie-
rra a puro empeño e ilusión…
Un chico que estaba disminuido, al pasar
al lado decía: “el barrilete está maltrecho,
como yo, y allí está volando y está alto, se
puede, se puede, se puede!!!”. No discri-
mina y lo que necesita es empeño y ganas,
que son cosas que todos tenemos aunque
no nos demos cuenta.
Alegra y tiene todas esas cualidades, pero
el mayor mérito está fuera de él. Está en
las manos de quien quiere elevarse; sin
ellas, sería un puñado de piolín y papel,
sin vida. Está en la ilusión del niño...o
adulto.
Pocas cosas en la vida nos obligan a mo-
vernos, alegrarnos y mirar hacia adelante,
hacia arriba y, encima, nos llena de ganas
y alegrías.
para asumir cargos en el Ejecu-
tivo, cuestión que, con todo buen
criterio, en San Juan se evitó.
Vivimos en Argentina y somos
argentinos, pocos afectos a
someternos rigurosamente a la
letra y al espíritu de la Constitu-
ción, demasiados proclives a co-
piar o imitar conductas que
responden a otros esquemas ins-
titucionales, a otras culturas po-
líticas, a otros paradigmas
sociales.
Sería bueno aprendamos a
movernos en función de con-
ceptos claros donde no se apli-
que con tanta soltura la
pretendida “Teoría de la doble
Biblioteca” o la justificación del
“todo lo hacen” o para peor “es
bueno o malo depende de quién
provenga”.
Fiscal José María Campagnoli
Nos vamos acostumbrando a
ciertos hechos que natural-
mente deberían hacernos ruido.
Uno de ellos está dado por
jueces y fiscales que, bajo re-
serva del cargo, son designados
para cumplir tareas en otro
Poder del Estado.
Ese fenómeno se da en los
más diferentes gobiernos.
Ese desguisado, por el contra-
rio, no se da en, por ejemplo,
nuestra provincia, donde a nadie
se le ocurriría que un fiscal sea
designado ministro y luego
vuelva a la función Judicial por
reserva del cargo.
El fiscal Campagnoli, luego
de una reunión de consenso
entre la ministra y la procura-
dora General de la Nación, sería
designado en el ámbito del Mi-
nisterio de Seguridad de la Na-
ción, antes (en el anterior
gobierno) la fiscal Cristina Caa-
maño fue designada en igual
condición en el mismo Ministerio
y hace un lapso más prolongado,
el hoy nuevamente fiscal, Dr.
Carlos Stornelli, fue ministro de
Seguridad del gobernador Scioli.
Todo se naturaliza, lo mismo
que diputados pidiendo licencias
Eduardo Quattropani*
Escribe
ALGO DE ALGUIEN
* Vicepresidente Consejo Federal de
Política Criminal de los Ministerios
Públicos de la República Argentina
LA COLUMNA DE LA TANA
s
s
Escribe
Alejandra Araya*
Hoy: La ola está violenta
De bondis
—Manga de atorrantes. Choros. La
pmqlp. ¡Aumentar así el boleto!
En medio de insultos y gritos, Valen
hace señas al colectivo. La multitud
se abalanza para subir primero. No
hay cola, nunca la hubo. Una mujer
que le ha tirado el pelo a su hijo, lo
vuelve a llamar estúpido.
—Estúpido, soltá eso. Vení, estúpido.
Apurate, estúpido.
Voces de queja: “El vuelto, queremos
el vuelto”. El ciego reclama su pri-
mer asiento con golpes de bastón y la
chica embarazada se toma fuerte del
pasamanos. Los pasajeros se hacen
los dormidos o miran el celular. Una
ola humana en el pasillo del colec-
tivo. Valen va atenta, en la próxima
parada sube el pibe de rulos. Ya lo
tiene gugleado, fichado y guardado
en su archivo de catorceañera. Rulos
se llama Cristofer, usa lentes, va a la
Técnica y es buen alumno. La vez pa-
sada, uno de sus compañeros le dijo:
—Cris, ñoñito, explicame lo de Fí-
sica, vos que te sacaste nueve.
De ahí, Valen dedujo lo de buen
alumno y buen compañero porque si a
ella, alguien la trata de ñoña, flaca,
pecosa o chueca, le pone los puntos y
listo chau. Pero hay pibes que no
saben defenderse.
Frenada brusca. Marea de gente.
Brazos que se estiran como chicles.
Caídas.
—¡Hdp, hdp!
—Me encerraste. Arrancaste el es-
pejo, cabrón.
Colectivero vs remisero. Ring en Li-
bertador y Tucumán. Gancho, cortito.
Tironeo de ropa. Silbato policial.
Desde el micro, entre comentarios
soeces, algunos van por el crédito
local, otros, por el adversario. En el
descontrol, los amiguis de Cris le
sacan los lentes y hacen gracias. Los
pasajeros se ríen, hay dos escenas be-
ligerantes para elegir: adentro y
afuera del colectivo.
Valen no puede dejar de pensar en
Rulo. Tampoco en la noticia: va a
tener un hermanito de parte de su
papá. El nacimiento será en septiem-
bre justo para su cumple.
—O sea, te cagaron los quince. Le
dijo Mica.
—Buenísimo, ponele. Agregó Juli.
—¡Sale con fritas! Valen agregó.
Pero tampoco quería que se lo feste-
jaran después de ver a Sofi llorar en
su propia fiesta mientras los padres y
ella la contenían. Le habían hecho
“la quemada”. El curso se pone de
acuerdo y nadie va a la fiesta. ¿Por
qué? Porque es un re quemo.
Todo eso pensaba mientras Cristo-
fer—Rulito manotea los lentes que
son escondidos o vuelan por el aire
entre risotadas y burlas. Una cocte-
lera de olores y tensión.
La mujer con el niño se baja y le
dice:
—Franco, vení.
Valen se sorprende. ¿Cómo, no se
llamaba estúpido?
La pelea pasa a nivel 5 cuando el re-
misero saca la linga y rompe el para-
brisas del colectivo. La gente
robotizada se baja comentando: “qué
violencia, por dios, qué violencia”. Y
Valen ve cómo uno de los pibes le
pisa los lentes a Rulo.
*Profesora en Letras y escritora
Gustavo Ruckschloss
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