El Nuevo Diario - page 9

vehículos y compraron un camión para
trasladar a los colonos y sus familias.
Fueron llegando por grupos que se
iban instalando en los ranchos que es-
taban disponibles, en carpas y en la
escuela.
Los desafíos eran muchos.
De clima
: venían de un clima hú-
medo, con un régimen de lluvias
de 1.300 a 2.000 mm. al año a un
clima seco de 50 mm. al año.
Alimañas
: debían enfrentar a in-
sectos (alacranes, escorpiones,
vinchucas y arañas) y animales (víbo-
ras de corral, pumas y otros) que les
eran desconocidos hasta el momento.
Labores
: las labores de la tierra
en el desierto eran muy diferentes
a las de sus zonas de origen.
Culturales
: tenían que adaptarse
a la gente de la zona y también
había un proceso de ajuste entre los
miembros de la comunidad.
Viviendas
: tuvieron que adaptarse
a vivir en carpas o viviendas de
adobes, hasta poder construir casas
antisísmicas. A eso había que sumar
distancia y carencia de agua potable.
Igual siguieron adelante.
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Viernes 23 de septiembre de 2016
s
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Después de algún tiempo de vivir en el
lugar comenzaron a recibir la visita de
muchas personas que se identificaban
con el ideal del grupo y que deseaban
conocerlos.
s s s
El gobernador de la provincia, el profe-
sor Eloy P. Camus, se trasladó a Tucu-
nuco con todo su gabinete y asistió a
una reunión donde trataron distintos
aspectos de la colonia. Se tomó la de-
cisión de construir viviendas antisísmi-
cas y trazaron los planos de lo que
sería la nueva población: una agrupa-
ción de viviendas dispuestas en herra-
duras concéntricas, con espacios
verdes y sendas peatonales y una
plaza central. También se proyectó
una gran playa de estacionamiento y
lugar para cocheras y talleres.
Comenzaron a estudiar cómo se reali-
zaría el parcelamiento de la tierra y el
gobernador envió unos cien obreros
para que colaboraran con los colonos
en la reconstrucción de la red de riego
y la construcción de las viviendas.
Se encontraron con unas 120 hectá-
reas de olivos, las que procedieron a
podar, regar y poner en condiciones
para producir. Trabajaron en la cons-
trucción de las casas y erradicaron ár-
boles para extender la superficie de
cultivo.
Osvaldo Zanni relata lo que siguió
meses después, cuando el gobierno
de Isabel Perón fue derrocado por la
junta militar.
—¿Qué pasó cuando el gobierno
fue depuesto por los militares?
—Estábamos en la tarea de recuperar
el campo de olivos cuando una ma-
ñana llegaron tropas del ejército a reti-
rar los obreros que nos había facilitado
el gobierno. Se nos informó que pe-
saba sobre nosotros una acusación de
que éramos extremistas y que lo que
en realidad estábamos organizando
era un campo de adiestramiento militar
y no una colonia agrícola.
—¿Cómo hicieron ante esa acusa-
ción?
— Nos favoreció mucho el que noso-
tros, dada la situación de guerra encu-
bierta que había en el país, a nuestra
llegada nos presentamos en el desta-
camento de Gendarmería Nacional de
Jáchal, poniéndonos a su disposición
y para que averigüen nuestros antece-
dentes. Solamente se labró un acta de
la inspección y se nos permitió que
continuáramos en el lugar hasta que
se resolviera lo que harían con noso-
tros.
—¿Qué pasó con los obreros?
— Nos dejaron unos pocos obreros
para que nos ayudaran en la construc-
ción de viviendas y se nos retiró toda
ayuda alimenticia. Seguimos traba-
jando en las viviendas y en las tareas
de desmonte; eran muchas las perso-
nas de Jáchal y San Juan que simpati-
zaban con lo que estábamos haciendo
y nos traían alimentos de todo tipo
para ayudar a nuestro sustento. Esto
fue de gran ayuda, pero no suficiente,
teníamos cerca de 40 niños y ellos
constituían la prioridad de alimenta-
ción.
—¿Con qué se alimentaban?
— Nos alimentábamos con cebollas y
tomates que nos regalaban de una
finca de Niquivil, que estaba a unos 20
kilómetros. Bebíamos mate cocido sin
azúcar... y trabajábamos 12 horas al
día y más en llevar adelante las ta-
reas. Llegamos a alimentarnos de al-
falfa y en una oportunidad que se
murió una vaca la cuereamos, la des-
postamos, la salamos y tuvimos ali-
mento por varios días. La doctora
Norma Procelario de Losada, quien
formaba parte del grupo, tenía un tra-
bajo remunerado en el puesto sanita-
rio de Niquivil y, con su sueldo,
Se tomó la decisión de construir
viviendas antisísmicas y trazaron los
planos de lo que sería la nueva población:
casas dispuestas en herraduras
concéntricas, con espacios verdes y
sendas peatonales y una plaza central
En el grupo se mez-
claban argentinos y
uruguayos. Esta foto
muestra una parte de
los colonos sentados
alrededor de un horno
de barrio. El segundo
desde la izquierda es
Osvaldo Zanni y de
pie a su lado, Leonor
Carballo, su esposa
s s
s s s
Alberto Riquero, Carlos Pérez y Osvaldo Zanni vendieron sus vehículos particulares para comprar este ca-
mión. Con él realizaron la mudanza del resto de las familias y los primeros trabajos del grupo.
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