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genética y un rango más amplio de ha-
bilidades en la sociedad.
La experta ha visto que la llamada
co-
mezón del séptimo año no existe
y
se da más entre el cuarto y el quinto
año, tal y como revela el estudio de
Gran Bretaña. Ese tiempo coincidiría
con el que les toma a ambos enamo-
rarse, concebir y criar al niño hasta la
primera infancia, cuando el riesgo de
morir es mucho menor que recién na-
cido.
-En el amor pasional nos obsesiona-
mos por nuestro amado y estamos en
éxtasis. Es un estado que no podemos
controlar. Y si la pasión es un estado de
fiebre que toda persona disfruta cuando
vive y anhela cuando no la tiene, qui-
zás sea oportuna la conclusión de Hoff-
mann: “Pedirle a la química que haga
todo es ponerle un plazo biológico a la
relación”; dice Fischer
s s s
Fisher explica, en
La nueva psicología
del amor
, que realizó resonancias
magnéticas a 839 personas que mani-
festaron estar profundamente enamora-
das. La mayoría concluyó que el amor
romántico no es una emoción sino un
impulso que disminuye con el paso del
tiempo.
Por su parte, el psicoanalista
Gabriel
Rolón
opina que “
no hay tubos de en-
sayo ni resonancias magnéticas, que
al principio el amor es un flirteo per-
manente que genera la ilusión de
eternidad, pero reconoce que dura
más o menos ese tiempo. Después,
viene el momento en que los aman-
tes se ven tal cual son y entonces se
puede hablar del verdadero amor”.
Para la psicología, no hay pasión per-
manente: dicha y desdicha deben alter-
narse de manera indefectible; pero
puede haber un intenso amor.
s s s
“El compromiso con otra persona u
otras personas, particularmente un
compromiso incondicional y, más aún,
un compromiso del tipo ‘’hasta que la
muerte nos separe, en las buenas y en
las malas, en la riqueza y en la po-
breza’’, se parece cada vez más a una
trampa que debe evitarse a cualquier
precio”, describe el crítico de la posmo-
dernidad, el escritor polaco Zygmunt
Bauman, en su libro “Amor líquido”.
Una obra que intenta demostrar lo ali-
caída que está la solidaridad, la con-
fianza, la durabilidad.
Viernes 23 de septiembre de 2016
El sexólogo Peter Saddington, conse-
jero de parejas, sostiene que muchas
de las razones para la caída de la pa-
sión tienen origen en el hecho de que
las parejas ponen la sexualidad en el
fondo de las prioridades y les dan más
importancia a otros temas como la
crianza y el ascenso en la carrera labo-
ral. Con él coinciden otros expertos
.
“Cada persona se encuentra en una
situación distinta luego de cinco
años de matrimonio. Hay hijos de
por medio, cambios en la situación
laboral y diferentes metas por cum-
plir que hacen que el deseo dismi-
nuya”
, dice el sexólogo José Manuel
González. Saddington no descarta que
este bajonazo se deba a cuestiones
médicas, como una depresión, enfer-
medad que anularía de plano el deseo.
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Una verdad que no puede perderse de
vista. Hoy las relaciones amorosas em-
piezan donde 50 años atrás las parejas
concluían. “Las relaciones tradicionales
ponían primero el acento en el desarro-
llo del vínculo afectivo, emocional, fami-
liar y recién después venía el sexo.
Ahora es al revés. El sexo está al prin-
cipio y después hay que construir la in-
timidad, la ternura y un compromiso”,
analiza el médico psicoanalista, Emi-
liano Galende.
Quizás una fórmula para sobrevivir a
estos tiempos sea, como sugiere Hoff-
mann, “construir el amor a través de
actos de confianza que refuercen el
vínculo y con pruebas de la eficacia
que cada uno tiene para contener al
otro”. Sólo se trata de amor. Un poco
de amor.
s s s
Un informe revela que 31 por ciento de
los hombres están insatisfechos sexual-
mente frente a apenas 18 por ciento de
las mujeres, lo cual contradice otros es-
tudios en los que se señala que la mo-
nogamia cobra un mayor efecto en
ellas. En el libro What Do Women
Want?, el periodista Daniel Bergner re-
coge evidencia para demostrar que
el
interés sexual de las mujeres en su
pareja estable puede caer en picada
mucho antes que el de un hombre.
Pero a quién le da más duro la monoga-
mia es otro debate. Lo que demuestra
esta investigación es que el enfriamiento
del deseo sexual
es aparentemente
algo inevitable en la pareja.
s s s
David Barash señala en su libro
The
Myth of Monogamy
que la sexualidad
de muchas especies en cautiverio
puede disminuir por la simple monoto-
nía. En un estudio realizado con una pa-
reja de carneros que permaneció junta
en el mismo potrero se observó que si
bien al principio copulan con gran inten-
sidad con el tiempo van perdiendo el in-
terés. Curiosamente,
cuando al macho
se le presenta una nueva hembra su
deseo de nuevo se dispara.
En las pa-
rejas la monotonía provocaría lo mismo.
“Las parejas se habitúan al otro, a su
cuerpo, y cuando no hay novedad en
la cama puede generar una disminu-
ción en el deseo sexual”
, dice el ex-
perto José Manuel González.
Agrega que el factor tiempo es crucial.
“Los años hacen que el cuerpo cambie y
la gente no vea igual de atractiva a su
pareja. También a los cinco años de ca-
sados ya hay suficiente convivencia
para que ciertas experiencias negativas
deterioren la relación y generen re-
chazo”.
s s s
Otros expertos creen que la pérdida de
deseo se debe a problemas en la rela-
ción de parejas que van desde la falta
de creatividad hasta la incomunicación.
Sarah Murray, una investigadora experta
en el tema, señala que cuando un indivi-
duo ha tenido relaciones sexuales con la
misma persona por muchos años es
común que pierda la creatividad y la
apertura para hacer cosas novedosas y
excitantes. La psicóloga Frances Cohen
Praver también indica que la familiari-
dad, el confort y la seguridad propios del
matrimonio disminuyen la pasión sexual.
s s s
Esther Perel, autora del libro
Aparea-
miento en cautiverio
, lo plantea como
una contradicción entre dos intereses
muy fuertes: el de obtener seguridad,
dependencia, permanencia pero por otro
el de vivir la aventura, la novedad, el
misterio, el riesgo y el peligro.
“Recon-
ciliar estas dos necesidades puede
ser difícil”
, dice la experta.
“Porque
amor implica tener mientras que la
pasión está más ligada al verbo que-
rer. Como el fuego necesita aire, la
pasión requiere de espacio y nove-
dad”.
Llegar a este momento, sin embargo, no
significa que todo esté perdido. Sad-
dington sugiere mucha comunicación
sobre el tema especialmente para discu-
tir las novedades que quisiera introducir
en materia de sexo.
También señala la
importancia de erotizar la relación y
no limitarla al momento en que los
niños se han ido a dormir.
Eso implica tener besos apasionados a
cualquier hora del día aunque ello no
termine necesariamente en el acto se-
xual. Y tal vez lo más importante es
echar a volar la imaginación. Esto in-
cluye iniciar las relaciones sexuales de
diferentes maneras (leer juntos una no-
vela erótica o hacer un masaje) y encon-
trar lugares distintos para darle rienda
suelta a la pasión (hoteles, el jardín).
s s s
Para otros expertos es importante no
tener altas expectativas del matrimonio.
Algunos creen que en esto el mensaje
ha quedado claro. “No creo que nadie
se case porque el matrimonio sea el tra-
tado más ‘sexy’ del mundo sino porque
es la mejor manera de conseguir estabi-
lidad emocional a largo plazo”. Perel,
quien viajó por el mundo preguntando a
muchas personas qué era lo que más
les atraía de sus parejas, considera que
la clave está en ver al otro como alguien
misterioso y esquivo. Es en ese pe-
queño espacio entre la persona cono-
cida y la misteriosa donde cree que
puede resurgir la pasión. Después de
todo ella cree en la frase de Proust que
dice “el misterio no es viajar a nuevos lu-
gares sino ver los mismos con diferen-
tes ojos”.
PASIONAL PUEDE DURAR ENTRE UNO Y TRES AÑOS
Zygmunt Bauman,
sociólogo polaco