El Nuevo Diario - page 12

Viernes 23 de septiembre de 2016
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
Cuando hablamos de la necesi-
dad de actualizar el vetusto sis-
tema procesal penal sanjuanino,
algunos presumen que de lo que se
trata es de una invitación a debatir
abstracciones jurídicas o meras for-
malidades inconducentes para la
vida de cada uno de nosotros;
error, grosero error.
Bajo el paraguas de ese desac-
tualizado procedimiento que
pone, en los hechos, la gestión del
derecho penal en cabeza de la poli-
cía administrativa, aparecen reali-
dades tales como la toma de
decisiones sin intervención razona-
ble, previa y efectiva del juez, defi-
ciente administración del lugar del
hecho, omisiones probatorias, di-
vorcios conceptuales, etc., etc.
Con ese mismo paraguas, se
pretende que
un Juez Correc-
cional y un Juez de Instrucción
durante un mes instruyan todas
las causas penales que se produ-
cen en la provincia
(salvo Jáchal e
Iglesia), ello, a más,
bajo la ficción
que el Estado se compromete a
concluir toda investigación en un
juicio que termine con una senten-
cia condenatoria o absolutoria, o al-
guna de las soluciones alternativas
posibles.
Bajo ese mismo paraguas, la
Policía se dice frustrada ante la
liberación de detenidos, los jueces
se quejan de la calidad de la inves-
tigación penal, los fiscales por im-
perio de la ley no hacen lo que por
naturaleza deberían hacer, a la par
que el Penal se declara “saturado
de internos”, la Justicia se siente
“impotente para producir más”,
y
en tanto la gente, el ciudadano,
mira absorto cómo todo el
mundo encuentra la culpa en el
otro
.
Sistema, es el sistema, todo lo
demás, más o menos, es un
verso, un triste verso del no
saber, de no entender.
De algo debemos estar seguros,
desde hace ya largo tiempo se
ha entendido que es más fácil
buscar culpas en los demás que
cambiar el sistema, más allá, claro
está, de las innegables falencias de
cada sector.
De algo estoy seguro, es más
fácil entretenerse con discusio-
nes vacías de contenidos, ca-
rentes de profundidad, que cambiar
la realidad.
De algo no debemos dudar, ha-
ciendo siempre lo mismo se ob-
tendrá siempre el mismo
resultado.
De algo debemos estar contes-
tes, solo animándonos a cambiar
sistemas, realidades, costumbres,
culturas, podremos obtener un resul-
tado más satisfactorio.
De algo estoy seguro, siempre
es más fácil y barato hacer las
cosas bien.
s
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12
COLUMNISTAS
algo de alguien
Un casi cuento
E
n el año 1962 a James Wat-
son y a otros dos científicos
más les otorgaron el Premio
Nobel de medicina por haber descu-
bierto y estudiado el ADN y su es-
tructura y dar comienzo a una nueva
era de investigación científica. Des-
pués de recibido y en plena gloria
profesional y personal, en algún mo-
mento Watson dijo que había alguna
probabilidad que personas de raza
negra pudieran ser menos inteligen-
tes que los de otras razas, como hi-
pótesis puramente científica y en
función de lo que hasta ese mo-
mento se iba sabiendo en tan apa-
sionante e inseguro campo del saber
humano. A raíz de tan inoportuna
opinión, fue tachado de segregacio-
nista y cuanta asociación, persona y
político pudo se plegó a tan atrope-
llada calificación, sin el menor cono-
cimiento del tema y por estar “a la
vanguardia” de la opinión... Como
es de suponer, le cerraron cuanta
puerta pudo el establishment y, rápi-
damente, fue radiado de todos los
círculos sociales, científicos y, en de-
finitiva, humanos. Me enteré que
salió a remate en la famosa casa
Christie, la medalla y papeles inhe-
rentes a su premio Nobel, y pagaron
5,3 millones de dólares. Quien pagó
tanto por ello fue el señor Alisher
Usmanov, de 61 años que es el ruso
más rico. La compró para que fuera
destinado, ese dinero, a entidades
científicas de lucha contra el cáncer,
que es para lo que la quería vender
Watson, aparte de algo para subsis-
tir ya que, por haber perdido los tra-
bajos y en total marginación
económica y con 86 años, se le
hacía difícil seguir. El comprador,
además, dijo que la medalla debe
quedar en las manos de quien la
merece.
s
Vicepresidente Primero del
Consejo Federal de Política
Criminal de los Ministerios
Públicos de la República Argentina
Escribe
Gustavo Ruckschloss
Hasta dónde los prejuicios ligeros
pueden destruir a alguien, por el sim-
ple hecho de ser emitidos por mu-
chos. El país más rico del mundo no
pudo amparar a un sabio, humano, y
falible, pero que hizo un enorme
aporte a la humanidad. Además, pa-
rece que aquellos ex-comunistas, no
son personas insensibles ni viven en
la miseria.
Alguien, en silencio y sin hacer cás-
cara, actuó, sin declamar supuestas
igualdades y, aportó su ayuda de la
manera que se le ocurrió, dando un
impulso más para llegar a buen fin
en la lucha contra el cáncer, que
fue quien se llevó a su padre.
Los estudios de un capitalista ayu-
dan a vencer al enemigo de aquél
ex- soviético que, a su vez, retri-
buye como él cree que puede ha-
cerlo.
Como se ve, la vida nos enseña,
una vez más, que nada es cierto y
todo es relativo frente a la vida y la
muerte... Ni los sistemas políticos
ni económicos son tan importantes
como este casi cuento nos enseña.
Nunca la verdad está en una sola
mano; siempre el tiempo de los hu-
manos es más chiquito que el des-
tino o la suerte. Ese destino que
pone las cosas en su lugar y no
juzga más que por las intenciones,
resultados y por la conducta de hu-
manos. Humanos que muchas
veces aciertan, y otras se equivo-
can, porque el vivir de eso se trata.
Solo el tiempo nos hace ver, de
lejos, lo que realmente tiene valor.
Por suerte la historia va teniendo
un buen final. Nos hace recordar
que es verdad que casi siempre, la
realidad supera a la ficción.
Sistema, es el sistema
James Watson
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